ARISTA DEL FARO DE LA PLATA (PASAJES DE SAN PEDRO) 250 m. V+/A0




La reseña la mango con descaro. Y por eso pido mil perdones, pero no lo he podido remediar. Me encanta esta reseña....esos tentáculos tienen algo de verdad.
Ya había oído hablar de esta arista, es fácil y jugosa, me dijeron, y las vistas.... que vistas.
Después de mucho tiempo, y después de superar algunos problemillas físicos, siento el cuerpo pletórico y con ganas de marcha. En una salida del club, hablé con Miguel, y se quedó en el aire, y unos cuantos días mas tarde, la suerte quedó echada.
Fuimos sin prisa, pero con aspiraciones a todo, de txikis, alguna vez escalamos juntos, y hace unos años también, y queríamos más....
Llegamos con una foto solamente como reseña, pero con muchas ganas, y nos tiramos de cabeza.



Un ratito de selva, nos lleva hacia el mar...caminito estrecho bien marcado, un poco antes de la valla que sale de la carretera. Paseando por piedras, casi con el agua en los tobillos, se ve la preciosidad de esta roca. Vemos una reunión, colgando vacía junto al mar...una travesía rara, con una roca que a trocitos se va … a ser arena de playa, y nos vamos a buscarla. Desplegamos el arsenal de cuerdas y friends, nos vestimos para el baile, pero como parecemos novatos, lo hacemos sobre un pie, en una roca afilada, jugando con el equilibrio.
Bailamos sobre las " hueveras" talladas por el agua y la sal, colocamos cintas en los seguros colocados, y hacemos piruetas sobre los estribos, para conseguir salir de esta roca desplomada sobre el mar.

Ya ganamos la arista, y el paisaje comienza a crecer. Se deja hacer, se deja subir, todos los seguros, están colocados, y llevamos una parva de friends, que solamente pesan.



Me siento pirata, a un lado el mar, al otro el vacío, las puntas de los pies, en una adherencia furtiva, buen canto en las manos, y el disfrute llenando la alegría de estar aquí.  el paso más difícil de la vía, sale sin problemas, y los canalizos que lo coronan, son enormes...pero los pies empotrados, y las manos firmes, ayudan a superar estos obstáculos. Miguel viene detrás flipando, y le animo a subir primero los largos que quedan...
Con que ganas, que agusto se le ve, como disfruta cada paso, como goza la cima. Se le queda la cara con esa satisfacción de haber disfrutado.
Un rapel equipado también, nos devuelve a la selva, y aquí comienza lo verdaderamente difícil. Seguir el camino. Es evidente, pero también es evidente, que más de uno y más de dos, se han perdido por estos caminitos. A nosotros no nos quedó ninguno por recorrer, y todas las veces, menos una, el caminito se cortaba de repente. Más vale, que a la última intentona, dimos con el camino correcto.