LA AUTÉNTICA.150m.6C RISCO DEL MORRÓN, LA PUEBLA DE ARENOSO, MONTANEJOS.



El cielo se cae por media península, y me avisan que en Montanejos, no se cae ,que permanece en su sitio.   Luis, Ramón y un servidor, se tragan un montón de km, para poder escalar.   Llegamos ya de noche, a uno de los chozos que tienen controlados esta pareja.   Un atrio de iglesia, silencioso, barrido y a cubierto, es buen lugar para pasar la noche.   Cenamos tranquilamente las comandas que hemos traído de casa, instalamos las esterillas, y nos embutimos en los sacos, esperando abrir los ojos a un nuevo día.   Y como estaba previsto, los abrimos y el día está ya lleno de luz.   Unos cafés, con madalenas, con porrich, con lo acostumbrado, para regenerar las fuerzas, y enfrentarnos a lo que hemos venido buscando.



Un corto paseo en coche, hasta la presa del embalse de Arenoso, donde aparcamos, y unos 40 minutos más, nos dejan debajo del Morrón.   Esta será la segunda vía que escale en este fantástico lugar.   La Clandestino hace ya por lo menos tres años. Camino bien marcado, cuerdas fijas a modo de pasamanos, nos van a transportar hasta la entrada de la Auténtica, marcada con una A, justo en el arranque.


La vía se pone fiera en el inicio, con un bloque desplomado, que a fuerza sale.   Es lo mejor para calentar, calentar a tope, en un paso, que no te pires, que puedes acabar muy cerca del suelo. 
No es que estuviera andando en bici, pero a fuerza de pedales, me consigo subir. y a partir de aquí, a disfrutar.... Luis y Ramón, se alternan de primeros de cuerda. Yo quiero disfrutar de la escalada, pero con la cabeza tranquila, y voy sacando los pasos, uno tras otro, cuando tengo que apretar aprieto, y cuando se deja acariciar, acaricio.




Que gozada de roca, que tacto, que agarre, que delicia jugar contra la gravedad, en este risco tan auténtico.  El bosque se va haciendo pequeñito... allí debajo, y las nubes, parecen llamar.
El paso de 6c se nos puso un poco gamba... costó descifrar la secuencia de movimientos de pies y manos, los agarres pequeños, los pies ¿ donde ?, y donde se abre una " puerta", otra se cierra, y el lío está resuelto. Que fácil de segundo, y de tercero, ni te cuento. Este era el punto complicado, y se ha quedado abajo, lo demás es más fácil, más disfrutón.


Y así, hasta conseguir llegar a la cima de este morrón. 150 m. de placer rocoso, 150 m. de risas cómplices, y 150 m. de disfrutar de un paisaje, que cada vez es más extenso. Y una vez en la cima, las fotos acostumbradas, y buscar el descenso. La línea de rápeles, esta a pocos metros, pero el viento hace inviable esta salida, hay que bajar a patas. La cuerda fija salvadora, nos indica de nuevo el camino. Un desprepe y un nuevo trepe, para salir al bosque ralo, donde un camino bien marcado, nos deja en una pista, que nos lleva a la carretera.  Ellos han vuelto a la base a por las mochilas, yo hago de serpa y bajo el material. en un rato, estaremos frente a una cerveza, y con hambre. Hambre de roca nuevamente.