CORREDOR SACRO. LAKARTXELA. PD+. 55º. 400m.



 Solamente nos dejan andar por la comunidad, y como la mía es " tierra de diversidad", resulta que tiene un corredor que yo no tenia ni idea que existía. Y eso que les tengo "afición" a los corredores. 

Andrés me lo comenta, y como no hay muchas más posibilidades , y si las hay siendo legales no las conozco... ¡ Oye que nos lo montamos de corredor este finde !

 Preparamos el viaje y los bártulos el día de antes. Como  Guille y Natxo también vienen, pues más  risas nos echaremos.

Este día no nos damos un madrugón de esos antológicos, sino más bien a una hora moderada. Un desayuno bajo la rápida supervisión de la benemérita, y nos vamos a Juan Pito. Aquí aparcamos.

El frontal se queda también aparcado, ya que las primeras luces del día, se corresponden con las de los primeros pasos. El recorrido es más que evidente, y la huella está abierta. Ayer había mucha gente en Belagoa. Tramos de nieve dura, se alternan con tramos de hierba helada. Al río le queda un poco, pero ya tiene sus buenos trozos en los que la costra es potente. Con algún sube y baja, acortamos distancia. Este camino no es el que habitualmente he recorrido para subir a La Kartxela. Las otras veces, recuerdo haber dado bastante más vuelta, pero tampoco lo puedo asegurar. Las veces anteriores por la "normal", siempre ha tenido niebla. Hoy el día está gris plomizo y corre un vientecillo helador. Condiciones patagónicas. Mola mucho.





 Al calor de un pedrusco grande, nos guarecemos un poco del viento, y se aprovecha la parada, para colocar crampones, y alimentar a esa bestia que llevamos dentro. Las alimentamos habitualmente con distintas actividades, pasos y más pasos, y de vez en cuando le damos de comer. A punto de marcharnos, nos alcanza una chica sola. Hoy debe ser el día de los solitarios, ya que otro nos ha precedido hace bastante rato. Lo veíamos muy lejos. La chica no viene sola. Viene con su madre. 

- ¡ De que me suena, de que me suena...! -

Se empina la cuesta, y vamos cediendo el ritmo. El andar rápido ha dado paso a la respiración rápida. Se sube fácil, se puede disfrutar. No se pone farruco, es amable. Cincuenta, cincuenta y cinco, alguno he leído que le da hasta sesenta grados de inclinación. Me parece excesivo, por lo menos hoy. Se deja hacer, solamente armados de piolet y crampones. La pareja de chicas nos alcanza, andan fuertes, andan deprisa, y ya se de que me suenan. Somos amigos cibernéticos de un grupo cibernético de amig@s de los pirineos. Mira tu por donde, haciendo amig@s en los pirineos.

Solamente un "pasito" nos ralentiza. Subimos todos juntos, derrochando fotografías, ya nos las pasaremos más tarde, hasta el collado donde la caja de los vientos ha perdido la tapa. Arrastra nieve en todas las direcciones, y el viento es fuerte, duro.  Lo dicho, condiciones Patagónicas. Escapamos de la arista, no apetece pasar frío. Ni jugar a la ruleta rusa. Buscaremos otra canal más ancha y nos iremos para abajo. Habrá que dar un rodeo, pero ya puestos cambiamos de vertiente, y nos vamos a buscarla. Pasamos antes por la cima del pico Sacro. De 1898 m. No tenía ni idea de que existía este pico.

Muchos tres miles, muchos corredores, muchos valles, montañas y montañitas pirenaicas, y este piquito, me está haciendo disfrutar como hacía mucho que no disfrutaba. Muchos ingredientes juntos en un día.



¿ Que nos queda? Bajar. Solamente hemos hecho la mitad, hagamos bien la otra mitad. De nuevo nos juntamos con las nuevas amigas, Amaia e Isabel y en animada charla seguimos y seguimos, más relajados, hasta el punto de partida que también es el mismo que el del final. Un bonito día de montaña.








VIA ANTSOAINGOS. " LO NUEVO Y LO VIEJO " 180 M. 6B

 



Y por fin, una reseña nuestra. Después de tantas reseñas recorridas, hoy no hemos recorrido ninguna. Todo estaba en nuestra cabeza. Todo estaba en nuestra imaginación.... y no lo sabíamos.

Siempre estudiábamos por donde habían subido otros, y lo habían plasmado en un papel, para que después, otros muchos otros, siguiéramos esos caminos por la roca.

Esta vez, solo nos hizo falta un poco de intuición, un poco de locura, y un montón de ganas, que ya las teníamos en casa desde hace mucho tiempo, para embarcarnos en esta aventura.

La pared, estaba decidida hace muchos años. Pero, ¿ por qué no lo hice antes ?

Probablemente, estaba esperando el hermano de cuerda adecuado. Y hoy se ha juntado la veteranía con la juventud, el hambre con las ganas de comer, el pan y la sal, las botas de agua y el paraguas .

 Lo nuevo y lo viejo

La emoción, se nos veía en la cara, cuando apartamos las mascarillas. El ansia, nos inyectaba los ojos. Unos momentos antes, vemos la línea que nos da nuestra lógica. Intentaremos salir por arriba. Por un camino desconocido. Pero también sospechamos que quizás no seamos los primeros. Estamos preparados para asimilarlo, pero si no nos metemos, ni saldremos ni lo sabremos.

Asier me dice que el otro camino es mejor para llegar, pero ni le escucho... me voy por el mas corto y mas guarro.... Las zarzas me hacen pensar.... pero ya estoy muy cerca. Cuando mis narices se dan de lleno con la pared, ya no me parece tan vertical, y le empiezo a perder el respeto.

 Ya equipado, como para hacer dos o tres ochomiles de roca vertical, doy el primer paso. De repente, me doy cuenta de que la pelea va en serio. La roca esta sucia, tiene mucha tierra suelta, tiene mucho palito roto, tiene mucha mata.... No es un camino difícil, pero tiene su miga. Protegerme en caso de caída, me hace avanzar despacio. Afianzando las manos, y afianzando los pies....Voy ganando metros. Mi visual está tan solo a unos pocos centímetros de mi cara. Con un ojo controlo las posibles presas a las que me voy a agarrar, y con el otro controlo el árbol al que quiero llegar. Y casi en un suspiro, estoy atado a el, y recogiendo cuerda para que venga Asier.





Han sido apenas treinta y cinco metros de pura adrenalina, y ahora dejo que mi corazón se calme, mientras aseguro a mi compañero. Su cara es fácil de leer. Viene rebosante de alegría y energía.
El encabeza el segundo largo. Le paso el material, y lo dejo ir...y que elegancia de movimientos, como escala... y pensar que hace unos años, casi le enseñé a ponerse el arnés...  
De repente, creo que todo se va a ir al garete. Sigo sus evoluciones, hacia el camino que habíamos visto desde abajo. Hacia ese diedro que se veía , y se para justo a la entrada, - ¡ Aquí hay que poner un parabolt! ...-
Es en ese momento, cuando pienso que nuestra escalada por hoy, se ha terminado. Si el no pasa.... yo menos. Y si está pidiendo un seguro fijo, es por que quizás le supere el paso. Pero, siempre hay un pero... se desvía hacia la derecha del diedro, y sigue hacia arriba. Sigue sigue, hasta que grita...
 - ¡ Reunión !-
Es mi turno. Veo el diedro, y de cerca no tiene nada que ver con lo que hemos visto desde abajo..... No me extraña que haya pedido un seguro fijo. Sigo su camino, y me tengo que emplear a fondo en escalar. No es lo más duro que he escalado en mi vida, pero ha tenido que ponerse los seguros, y ahí que echarle un par de no se que, para tirar hacia arriba. Me voy aproximando a la reunión, y ya tengo los antebrazos hinchados. Voy con mucho tiento, y la roca que sujeta mis pies, se cae, se deshace, se mueve. En este trozo la roca está podrida, y hay que andar con mucho cuidado. Incluso llega a romperse bajo mis pies. 





Comienzo el siguiente largo. Voy un poco tocado de brazos, ya que el largo anterior, me ha exprimido bastante. Pero la cabeza va muy por delante. Escalo con mucho cuidado, ya que la roca, sigue estando un poco podrida. Voy retirando roca suelta, o roca que se mueve al tocarla. La tensión va aumentando a medida que gano metros. Laceo un arbolito, y me paro a pensar. Me meto hacia la derecha, y el camino se me convierte en una placa, sin agarres. Hay algunos, pero  me quedan lejos, y tengo que meterme en adherencia, sin poder meter seguros.... Mal rollo. Me bajo. Intento seguir de frente, y tengo que pasar por encima del árbol, para seguir una fisura vertical, pero este, no me deja pasar. Me engancha con sus ramas, como diciéndome que por ahí no siga. Vuelvo a bajar, y lo intento hacia la izquierda... Todo se queda en mi mano, y desaparece de mis pies. No voy a ser capaz de avanzar  mas arriba. Mi cabeza comienza a flaquear.

- ¡ Asier, pilla que bajo !... y me descuelgo de nuevo hasta la reunión. 

Resuelve el largo, hacia la izquierda, pero unos metros mas abajo de donde lo he intentado yo. Ha sabido leer bien la roca, y se ha hecho con el. Cuando voy subiendo, me doy cuenta de que igual yo no habría pasado. El grado es parecido al de antes, pero la protección es mas difícil, y mas precaria. De nuevo dándolo todo, nos volvemos a juntar. Ya solo creemos que nos queda un largo, pero ya se ve que no es tan tieso, y me voy para arriba, hasta el tope de la cuerda, incluso Asier tiene que subir algunos metros en ensamble, y yo ni tan siquiera me doy cuenta.

 Ya estamos fuera, hemos conseguido lo que habíamos venido a hacer. Que alegría. Es la primera vía abierta de Asier, y la mía la segunda, que nada tiene que ver con la primera




Disfrutamos de las vistas, y nos quedamos un rato, relamiéndonos de las mieles de este nuestro triunfo. No hemos visto nada que nos lleve a pensar que alguien ha subido antes por aquí, y es por eso que nos adjudicamos la primera. Los planes empiezan a bullir en nuestras cabezas, y queremos más, queremos más, pero para hoy, ya tenemos bastante. El camino de descenso, es muy cómodo, y seguimos planeando futuras aperturas, no se donde, ni cuando, pero las habrá.





HERMANA MAYOR, CARA SUR VIA TAIMA. 140 M. 6B



 Sin permiso de nadie, clavo la reseña en este escrito. La desconocía totalmente. 
Asier me la hizo llegar, ya que las ganas de escalar juntos, eran muy grandes. Digo eran, por que de momento las hemos apaciguado. Quién sabe hasta cuando.

La mañana está muy fría. Será mejor esperar a que el sol caliente la roca, pero el ansia...

No esperamos, y el camino de aproximación, ya nos calienta. Por la bajada "normal" desde la horquilla.

 Camino de subida. 

Camino tieso. 

Con mucha piedrecilla suelta.

 Camino estrecho. 

Subimos a buen paso. Vamos intuyendo el inicio. Parece evidente el muro de entrada. Un cordino verde, anuncia que la puerta está abierta. Como soy el más flojo de la pareja, elijo lo fácil, y arranco en cabeza de cuerda. 

El largo está limpio. Protejo a placer, y voy encontrando, uno tras otro, tres puentes de roca, ya enhebrados.

Asier, llega y toma el relevo.

 Algo no nos cuadra. Pero nunca lo descubriremos. 

En el largo dos, encontramos tres puentes de roca, y dos parabolts.... y tan tranquilos. Creo que los largos dos y tres, fueron empalmados sin contemplaciones. Al final no salían las cuentas. Cinco largos, y tan solo hacemos cuatro..... 

- ¿ Donde está el largo perdido ?  

- ¿ Que ha pasado con el largo "3" ? 

- ¿ O con el dos ?

La mente juega su papel. Tiro en cabeza de cuerda, el que creo que va a ser largo tres.

" Solamente", es V+.... y a ese nivel voy escalando. Es un grado que tengo controlado, y además en autoprotección. Sigo tranquilo, progreso seguro, algún metro, aprieta un poco, o eso me parece, pero yo tranqui.... es grado asentado. Que cosa la cabeza.... En verdad este largo, está cotado como 6a+. 

Me cuesta encontrar la reunión. Chapo un puente de roca, ya enhebrado, y continúo. Una sucesión vertical de gotas de agua, muy pinchudas, me ayudan a ver una zona con tres paraboles, un clavo y un puente de roca.

 Este largo es el de 6b. Es según la reseña, el largo más equipado de la vía, y el más duro. Me bajo.  

Si es este largo, le toca a Asier. Desciendo hasta el puente de roca, y encuentro otro cordino, atado a la base del árbol, donde al lado, apenas a un par de metros, un enorme buitre, me mira con cara de preguntarse.... - ¿Y este.... de donde sale ?




Bajo su atenta mirada, monto la reunión, y le digo a Asier que suba. El buitre, o se ha asustado, o le ha molestado que invite a mi amigo sin consultarle, y se va.... ni se despide ni nada, simplemente, abre sus alas, y se va... que envidia.

Mi hermano de cuerda, navega tranquilamente por el último largo. Va relajado, hasta el final. Es un recorrido, que quizás por el frescor matutino, quizás por que el grado no es peleón, quizás por que el sol no calienta... es una vía que no nos ha hecho sudar. Y como los rápeles no es lo que mas nos apetece en este momento, buscamos la magia de la cima de esta montañita, y nos quedamos un buen rato en su cima. Disfrutando de la calidez del sol, de su paisaje, de las luces tan chulas a estas horas del medio día. De un puñado de frutos secos, y un par de tragos de agua. Que poco para estar agusto, y disfrutar.





Nos estamos acostumbrando a esto de disfrutar juntos de las cimas, después de una escalada. Lo nuevo y lo viejo. El ayer y el hoy, esperando a que se alineen de nuevo los astros, y nos permitan de nuevo gozarlo una vez más.





ihurbain por la brecha, y fajas de Akerrai.


 La mañana se ha vestido con velo, no integral, no es tipo burka... pero creo que el velo lo tengo yo en los ojos.... 

- ¡ San Donato... bufff, siempre ha estado ahí, siempre seguirá estando ahí.... una tachuelica,  no es monte de envergadura, por Uharte ya lo he subido, no se ni cuantas veces, por Unanu.... otro montón..!


Montañita que se sube corriendo, (en otros tiempos), que se sube para matar esa mañana de domingo, y con la excusa, te jalas un bocata de txistorra. Esa que cuando no sabes que hacer, y tienes un poco de mono, pues te vas y la subes...

Esta última vez,  ha servido para verla desde otra perspectiva, a disfrutarla de otra manera.




Retomamos actividad , después de seis meses 6, de inactividad como club de montaña. Habrá que empezar...

Y como estaba prevista en el calendario, y antes de que vuelvan a llover restricciones, vamos a aprovechar. 

Como es una montañita de juguete, no hace falta madrugar.

 Las mascarillas puestas, y el casco en la mochila, hasta que haga falta, no sea que una piedra nos amargue el día. La distancia... después de tantos meses sin vernos.... también.

Se nos alegran los ojillos. Ahora que todos tenemos las caras de colores, nos reflejamos en ellos.



Vamos ganándole metros por la " normal " de Unanu. La mani que tenemos delante, y por detrás casi es para pensárselo...Pero amigo, todo el mundo tiene derecho a ir al monte, aunque no sepas ni a donde vas, como esa pareja, que en un momento que nos desviamos hacia la piedra en memoria de Iñaki, se vinieron detrás nuestra, y casi se van para abajo de nuevo, pues no sabían ni donde estaban, y de nuevo les dijimos que fueran por el camino hacia arriba, cuando nos desviamos hacia la brecha. A su bola...

Una de las fajas, nos lleva a la izquierda, muy a la izquierda, hasta la proa de la montañita, y de aquí, en un ángulo de 90 º subimos fuerte. Pedrera chunga, de esas que te hacen poner el casco. Una cordada por delante,  cuerdas fijas y cuerdas asegurando, esos cuatro metros, pueden ser muy largos. Ellos recogen, y nosotros montamos un pasamanos para porsiacaso. Todos arriba, cuidado con las piedrecicas.. solo saben un camino, para abajo, y estamos en medio de ese camino.


                                                 



            


Empiezo a quitarme el velo. Esta montañita de juguete, se ha puesto brava. Por aquí no te puedes andar con muchas chorradas, aunque vayas de sobrau, te puede llegar a dar un susto, quizás no tanto por como des tus pasos, si no como los den los demás. Tonterías las justas.

Pero relajas....  todos salimos por arriba, y  relajas... y dices:

- ya le tenía ganas a esta brecha...-  ¡ Pues lleva aquí toda la vida !  ...

 Ahora la calma, te invade. Un paso tras otro, tranquilamente, en animada charla, con la distancia justa para que tus palabras no se las lleve la brisa que corre , sigues hacia arriba, el ancho praderío invita...

Y como casi siempre, la ermita a rebosar, por dentro , por fuera, el día es muy amable, y la gente disfruta del aire libre, todos en el mismo sitio, a la misma hora, por el mismo camino, así somos.





En la aglomeración, paramos un instante a sacar la foto de rigor, ya sabes amigo, sin foto no hay cima, y continuamos adelante, por la ancha loma, ahora en sentido descendente. El paisaje invita, y alguno lo compara con Mongolia....

- ¿ has estado en Mongolia ?

- No pero se le parece....

Y ahora, nos tiramos hacia la derecha por un caminito, así de estrecho, que parece que va directo al precipicio, y nos miramos, y nos preguntamos... pero el local dice... -¡tranquilos, es por aquí !...

Y como ovejicas, pues detrás, mirando con recelo a la izquierda, donde el paisaje es muy amplio, pero mucho, con patio , mucho patio, y el caminito, no es del todo horizontal... empuja un poco hacia ese paisaje.







Me vuelvo a quitar el velo de los ojos, y vuelvo a descubrir paisajes, que de muy lejos, son completamente distintos... como me está sorprendiendo esta montañita, y yo que pensaba que la conocía, que no tendría secretos.... ja.

Casi como a la venida, vamos a la vuelta. la única diferencia ahora, es el sol, que casca con ganas, y además las altas paredes que quedan a nuestra derecha, reflejan con más ganas todavía.

Ancho, estrecho, muy estrecho, casi al borde, un poco más adentro, pero poco, así va transcurriendo la ruta... pedrera, donde provocamos una mini avalancha de piedras, y por fin el bosque, fresco a la sombra, camino horizontal, sin dejar de bajar, que nos va llevando de nuevo a las despedidas, hasta la próxima Antsoaingos, seguiremos saliendo.











Pico Gilbo. 1679 m.

 



La mañana se muestra misteriosa.  Las faldas quedan ocultas.  Las botas se esconden entre la hierba... Pie , pie, pie, camino desconocido, camino fácil, camino descendente, camino ascendente.

Fue placer verlo, y es placer andarlo.

El desayuno se ha prolongado, el sol pica desde arriba. El camino junto al agua, no refresca, el agua es plato, y los pies del puente, solo apoyan sobre ella...



El bosque es sombra fresca, camino empinado, placer de andar. Vamos siguiendo el camino... Como las líneas de la mano, tiene su significado, o el que queramos interpretar. Mil caminos , un camino hacia la cima, mil caminos hacia arriba.
El plan se ha torcido, los planes están para eso, no subimos trepando, subimos andando, así los ojos se llenan de paisaje, así no habrá lágrimas por el paisaje no visto.
El agua serpentea a los pies, ya han aparecido las faldas, ya no hay misterio, todo a la vista. Aún estamos escondidos, entre sombras, frescas...





Y se deja ver...No es la montaña de las montañas, es la montaña de los Leoneses, el Cervino Leonés, bañado por el embalse de Riaño, el de la lucha vecinal. Quizás por eso se refleja con orgullo sobre la mansa agua.
 La pradera nos acoge, y nos lleva hacia la roca. Apenas la tocamos, apenas la rozamos, solo da impulso a los pies, como escaleras nos aúpa hacia su techo. Pasamos de una vertiente a otra, donde las faldas, se dejan ver, son verdes y azules, y se retuercen como volantes, entre las aguas , las hayas, y las piedras.



Entre el sol y el suelo, quedamos nosotros... no podemos subir más, solo contemplar, y es espectáculo.

Pandián ,Yordas, la peña las Pintas, nos miran desde más arriba, rodeándonos, Espigüete más lejos, y a su lado, el hermano menor. Cueto Cabrón.

Dejamos arriba, las botas de Pepe, seguro un enamorado de esta montaña, y desandamos el camino, para volver mil veces la cabeza, dos mil veces... antes de entrar en el bosque, al salir de el, y al pasar la pasarela apoyada sobre el agua, que nos acerca al pueblo, que nos vuelve a la rutina, volvemos la vista, esta vez sin girar la cabeza.


                                





         



                                   

LAGO DE LUNA. D/IV+, 240 m. Peñas del Prado. León.

 

Hoy, toca escalar. 
Una vía facililla, sin que por eso tenga su miga.
Es la tercera vía que escalo en este bonito rincón. Una vía, donde los seguros fijos, no brillan. 
No por que sean mate..... no hay.
 Así de simple, tienes que buscarte la vida, para navegar seguro por esta pared.

Ya había oído hablar de ella, y tenía ganas de probarla. Mis compis, también tienen ganas, pero nunca antes han escalado de esta manera....
A mi es la escalada que realmente me gusta, roca limpia y sin dañarla, que es lo mejor.





 
 
 En apenas media hora de aproximación, estamos debajo de la pared, buscando.
Apenas unos minutos más tarde, los gatos comienzan a pegarse a la roca, los friends vuelan hacia las grietas, la cuerda corre hacia arriba, como una serpiente al ritmo de la música. 
No estoy escalando, soy parte de la escalada. 
Mi cuerpo, mi mente... es escalada. 
Interiorizo la roca, la acaricio, la aprieto, la mimo... Y ella me deja progresar, me deja protegerme ante una eventual caída, pero no me deja caerme, me absorbe, se pega a mi cuerpo, formamos un todo único. Es el primer largo de cuerda, y la sensación es tan rica, que quiero más.... estoy insaciable.
Reunidos a 30 m. del suelo, Andrés pide su momento.
Gustoso cedo la cabeza de cuerda, y se lanza hacia arriba. Se que sus miedos se agolpan entre sus sienes, se que sus miedos hacen temblar sus piernas, pero mantiene la mente fría, y va ganando metros. Otros 40 m. bien protegidos, incluidos los dos clavos que alguien dejó por allí.



Al grito de reunión, el paquete se pone en marcha, y voy desmontando la reunión. Alucino con la cabeza que ha tenido Andrés. Unos cuatro o cinco metros, limpios, de no muy fácil protección, verticales, ha pasado limpiamente, desde mi punto de vista, y dice que ni se ha enterado. Es su primer largo metiendo cacharros. Chapeau ¡¡¡¡
Mi cabeza también se relaja. Ante un momento de debilidad, se que puedo contar con el, pero muy amablemente, me pide que continúe, que la termine, que el de momento, ya ha tenido lo suyo.
Placa, vira, techito, diedro, placa fisurada, bavaresa, un clavo que no veo, repisa, fisura, terreno herboso, puente de roca.... mis manos recorren toda la extensión de la roca, poniendo a prueba el músculo más difícil de entrenar, hasta que la verticalidad se vuelve horizontal, y reclamo la compañía de mis compañeros. 










 La experiencia ha sido muy buena, a acompañado el día, aunque a estas horas el sol está un poco pelma, así que nos vamos a ir a celebrarlo, a la sombra, con algo frío que corra por nuestras gargantas. Un rapel, y un destrepe, nos separan del suelo. Setenta metros ingrávidos, y procurar no patinar después, hasta que de nuevo la horizontalidad, nos de el respiro que ahora necesitamos.





Reseña sacada del blogg de La garafa.





 
 
 

PEÑAS DEL PRADO. NOCHES DE ESCUELA. 6a+. 210 m.

 



Sin ninguna duda, la naturaleza se paró durante cinco minutos, a pensar como hacer de lo bonito, algo precioso.
Un valle  entre el puerto de pajares, y el valle de la luna, el valle de Arbas .
Por un lado, el acceso es como muy normal. La carretera te lo va descubriendo poco a poco, pero desde el otro lado, lo descubres de repente, como si fuera una aparición. Lo descubres al salir de un túnel.




Pasamos la noche en el exterior de la escuela de Cubillas de Arbas, entre risas, buen ambiente y los cantos de las cigüeñas que revoloteaban por los alrededores.
Toca madrugón, para las 6.30 estamos aproximando hacia la vía. Que casualidad, también se llama noches de escuela, como la pasada..... por que será...
El amanecer, va revelando el relieve...y la pared que se dibuja ante nosotros, se muestra altiva. Se va viendo por donde transcurre la vía y vamos mentalmente aprendiendo el camino.
Estamos casi al final del curso que ha traído a mis compañeros a estas tierras, así que hoy va a salir a la luz, todo lo aprendido.
Ramón, va a subir de paquete. Solamente se va a dedicar a sacar fotos con el móvil, y a seguir nuestros pasos, sin intervenir en los aciertos, ni en los errores.
Iago, se adelanta y pide el primer largo para el. Se ha estudiado la vía, y de esta manera evita el largo de la travesía.




La placa es como el cristal, se ve en la foto, es el largo de abajo, parece que tumba, pero al contrario, una escalada entre algún canalizo, y unos apoyos de caliza pulida, muy interesante.
Llegamos a la entrada de la casi cueva que se veía desde abajo. Es el largo de la travesía. Cambiamos material de protección, recojo todo lo que hay, y vuelvo a jugar a ser escalador. Son pasos de Vº. La travesía sube hasta V+. En el momento en que te empiezas a emocionar, que los pelos se te quieren erizar, en ese instante en el que piensas que te el último seguro se quedó muy abajo, sale la chapa salvadora, el canto de la muerte, o la fisura super protegible.
Los seguros fijos, alejan, alejan mucho, y los flotantes, entran a cañón.
Voy llegando a la travesía. La zona mas expuesta. En el último centímetro del ángulo que voy a hacer, un friend bien puesto, quita emoción al asunto, pero le añade rozamiento. Unos pasos mas adelante, veo la chapa salvadora, que le habría quitado ese rozamiento..... tarde....hay que estar más atento.




Vamos dejando la pared abajo. Un largo con unos pasos en 6a+, fácilmente protegibles, nos dan acceso a un último largo, de transición, para llegar a la cima de peñas del prado. Tenemos Asturias y León, a nuestra vista, y el valle de Arbas, se extiende como una alfombra.
Los rápeles de bajada, nos van a dejar en el suelo, en cuatro de ellos. El primero, lo dejamos equipado, con cinta y maillón, ya que el destrepe que tiene, sin ser difícil, puede llegar a dar algún susto. Desde aquí, la bajada, va en línea recta , hasta pillar la horizontal.
Volvemos a la paz del suelo, y seguimos recreándonos en la escalada, que sin ser de dificultad, si que nos ha exprimido en algún momento.
Adherencias, y autoprotección, es la tónica dominante . El curso acabó bien para Iago. Progresó adecuadamente, con soltura y decisión.... Aprobado alto, casi sobresaliente.....