HERMANA MAYOR, CARA SUR VIA TAIMA. 140 M. 6B



 Sin permiso de nadie, clavo la reseña en este escrito. La desconocía totalmente. 
Asier me la hizo llegar, ya que las ganas de escalar juntos, eran muy grandes. Digo eran, por que de momento las hemos apaciguado. Quién sabe hasta cuando.

La mañana está muy fría. Será mejor esperar a que el sol caliente la roca, pero el ansia...

No esperamos, y el camino de aproximación, ya nos calienta. Por la bajada "normal" desde la horquilla.

 Camino de subida. 

Camino tieso. 

Con mucha piedrecilla suelta.

 Camino estrecho. 

Subimos a buen paso. Vamos intuyendo el inicio. Parece evidente el muro de entrada. Un cordino verde, anuncia que la puerta está abierta. Como soy el más flojo de la pareja, elijo lo fácil, y arranco en cabeza de cuerda. 

El largo está limpio. Protejo a placer, y voy encontrando, uno tras otro, tres puentes de roca, ya enhebrados.

Asier, llega y toma el relevo.

 Algo no nos cuadra. Pero nunca lo descubriremos. 

En el largo dos, encontramos tres puentes de roca, y dos parabolts.... y tan tranquilos. Creo que los largos dos y tres, fueron empalmados sin contemplaciones. Al final no salían las cuentas. Cinco largos, y tan solo hacemos cuatro..... 

- ¿ Donde está el largo perdido ?  

- ¿ Que ha pasado con el largo "3" ? 

- ¿ O con el dos ?

La mente juega su papel. Tiro en cabeza de cuerda, el que creo que va a ser largo tres.

" Solamente", es V+.... y a ese nivel voy escalando. Es un grado que tengo controlado, y además en autoprotección. Sigo tranquilo, progreso seguro, algún metro, aprieta un poco, o eso me parece, pero yo tranqui.... es grado asentado. Que cosa la cabeza.... En verdad este largo, está cotado como 6a+. 

Me cuesta encontrar la reunión. Chapo un puente de roca, ya enhebrado, y continúo. Una sucesión vertical de gotas de agua, muy pinchudas, me ayudan a ver una zona con tres paraboles, un clavo y un puente de roca.

 Este largo es el de 6b. Es según la reseña, el largo más equipado de la vía, y el más duro. Me bajo.  

Si es este largo, le toca a Asier. Desciendo hasta el puente de roca, y encuentro otro cordino, atado a la base del árbol, donde al lado, apenas a un par de metros, un enorme buitre, me mira con cara de preguntarse.... - ¿Y este.... de donde sale ?




Bajo su atenta mirada, monto la reunión, y le digo a Asier que suba. El buitre, o se ha asustado, o le ha molestado que invite a mi amigo sin consultarle, y se va.... ni se despide ni nada, simplemente, abre sus alas, y se va... que envidia.

Mi hermano de cuerda, navega tranquilamente por el último largo. Va relajado, hasta el final. Es un recorrido, que quizás por el frescor matutino, quizás por que el grado no es peleón, quizás por que el sol no calienta... es una vía que no nos ha hecho sudar. Y como los rápeles no es lo que mas nos apetece en este momento, buscamos la magia de la cima de esta montañita, y nos quedamos un buen rato en su cima. Disfrutando de la calidez del sol, de su paisaje, de las luces tan chulas a estas horas del medio día. De un puñado de frutos secos, y un par de tragos de agua. Que poco para estar agusto, y disfrutar.





Nos estamos acostumbrando a esto de disfrutar juntos de las cimas, después de una escalada. Lo nuevo y lo viejo. El ayer y el hoy, esperando a que se alineen de nuevo los astros, y nos permitan de nuevo gozarlo una vez más.





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