Pico Gilbo. 1679 m.

 



La mañana se muestra misteriosa.  Las faldas quedan ocultas.  Las botas se esconden entre la hierba... Pie , pie, pie, camino desconocido, camino fácil, camino descendente, camino ascendente.

Fue placer verlo, y es placer andarlo.

El desayuno se ha prolongado, el sol pica desde arriba. El camino junto al agua, no refresca, el agua es plato, y los pies del puente, solo apoyan sobre ella...



El bosque es sombra fresca, camino empinado, placer de andar. Vamos siguiendo el camino... Como las líneas de la mano, tiene su significado, o el que queramos interpretar. Mil caminos , un camino hacia la cima, mil caminos hacia arriba.
El plan se ha torcido, los planes están para eso, no subimos trepando, subimos andando, así los ojos se llenan de paisaje, así no habrá lágrimas por el paisaje no visto.
El agua serpentea a los pies, ya han aparecido las faldas, ya no hay misterio, todo a la vista. Aún estamos escondidos, entre sombras, frescas...





Y se deja ver...No es la montaña de las montañas, es la montaña de los Leoneses, el Cervino Leonés, bañado por el embalse de Riaño, el de la lucha vecinal. Quizás por eso se refleja con orgullo sobre la mansa agua.
 La pradera nos acoge, y nos lleva hacia la roca. Apenas la tocamos, apenas la rozamos, solo da impulso a los pies, como escaleras nos aúpa hacia su techo. Pasamos de una vertiente a otra, donde las faldas, se dejan ver, son verdes y azules, y se retuercen como volantes, entre las aguas , las hayas, y las piedras.



Entre el sol y el suelo, quedamos nosotros... no podemos subir más, solo contemplar, y es espectáculo.

Pandián ,Yordas, la peña las Pintas, nos miran desde más arriba, rodeándonos, Espigüete más lejos, y a su lado, el hermano menor. Cueto Cabrón.

Dejamos arriba, las botas de Pepe, seguro un enamorado de esta montaña, y desandamos el camino, para volver mil veces la cabeza, dos mil veces... antes de entrar en el bosque, al salir de el, y al pasar la pasarela apoyada sobre el agua, que nos acerca al pueblo, que nos vuelve a la rutina, volvemos la vista, esta vez sin girar la cabeza.


                                





         



                                   

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