Aire, sopló, y la fiesta me la di yo. Con las ideas todavía confusas, preparo el material. Estribos, daysis, clavos, fisus, ganchos, friends....y sin pensar más, en un agujero meto un clavo. La pared comienza con un pequeño desplome. Pruebo el clavo, y me parece bueno. Continúo con un gancho. Que miedo. Un fisu, atrancado con un palito, me hace despegar del suelo, y el primer clavo, sale solo.Busco la fisura infinita, y poco a poco gano metros.
Dos pasos de ganchos, me hacen volverme etéreo. No caer, no caer...es mi letanía. Seguro, prueba , superación. Seguro, prueba....
El suelo queda lejos. La reunión, más. Las horas pasan rápidas aqui arriba. En el suelo, mi compañero se aburre. Uno se divierte, el otro no.Cuatro horas y media....he sido capaz de montar el puzzle de apenas cuarenta metros. La reunión está equipada, con tres spits. Mi cabeza se revoluciona. El último metro, lo hago en libre. No me cuesta cambiar la dinámica artificial por el libre. Fijo las cuerdas y voy deslizándome por ellas, por este cordón umbilical, que me devuelve a la paz del suelo, de la compañía, de mi amigo y compañero. Ahora va el a recoger las piezas. Al final, entre uno y otro, han sido siete horas, y buscamos una cena reconfortante.Mañana será otro día.

Estamos aprendiendo, y la lección de estos dos días ha sido larga.
Nos hemos dado una fiesta.
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