Y llega el dia, que te decides a subirla, y encuentras una reseña, y ya la han taladrado. Que facil a partir de aqui.
Hoy vamos en cordada de tres. El problema, es que los largos son cinco, y el último el de la arista, apenas tiene emoción. Patio, si, pero emoción....
La aproximación, corta, la vía estética, la roca aceptable, chapada....que mas se puede pedir.
El día azul, el viento en calma, el sol... al otro lado de la aguja, el arnés colocado, las expreses tintineando, el casco ajustado, y las ganas de subir, comiéndose las uñas de impaciencia.
Comienza Zuri, a acariciar la roca. La pisa con cuidado, y estudia sus formas, para explorarla desde adentro, desde arriba, cada vez mas arriba....
con un susto ya es suficiente.
Los ciento cincuenta metros, se han pasado en un plis. Casi sin tiempo para darnos cuenta, estamos en la arista que nos sirve de pasillo de salida.
Otra vía para el recuerdo, otro recuerdo para alimentar la memoria... para seguir viviendo .
Cuando pase a su lado, y la vuelva a ver....
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