Es la segunda. Vez que ando por estos parajes. No tienen nada que ver una con la otra. Es cierto que la montaña nos saca lo mejor y lo peor de nosotros mismos. Un paseo agradable con la anécdota de Ueli Steck.
Subió corriendo y se cruzó con toda la romería de gente que estábamos por allí. Echamos unas risas a su costa.Un paseo para ganar altura,para que la cabeza no nos pese...que el corazón no se alborote. Despacito,sin prisa...que el cuerpo aprenda.
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