De nuevo, el club. Antsoaingo Mendi Eskola.
Ya comienzan las andaduras, y para primer plato, algo sencillo, que nos vuelva a despertar las ganas de andar, de conocer, de salir, de estar entre gente nueva, y entre amigos.
Pasamos la fábrica de armas de Orbaizeta, y la pista nos lleva a una senda de herradura. Entre pastos, y caballos, accedemos a una zona mas rocosa, y entre las rocas,vemos, una oveja que no se quiere morir. Los buitres, no tienen prisa, a excepción de uno, que quiere probar la carne todavía caliente. Por desgracia han llegado los humanos, en ese momento preciso, y se corta de darle algún picotazo. El resto del grupo, espera cerca. Otros, vuelan esperando el momento.
Enseguida, llegamos a la torre romana, que corona la cima. El dia se muestra precioso, y la vista, vaga muy lejos. Recuperamos las pocas fuerzas que hemos gastado, y volvemos a ver si la naturaleza, ha seguido su curso. La oveja agoniza tranquila. No la molestamos. Sus comensales, ya no están. ¿ Vendrán a cenar ?
Bajamos hasta la cueva de Arpea. Alguien o algo, levantó la roca, como si fuera una sábana en una gran cama, un poco, lo justo para dejarnos un rincón agradable, lleno de misterio.
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