Mallo Cored.
Mallos pequeños de Riglos. Salas de juego a menudo olvidadas.
- ¡Como no son viotes...! -
- Son vías cortas, ¡de iniciación...! -
Son vías igual de recias que las de los grandes. Por supuesto que no tienen 300 m. ni tan siquiera 200 m. pero algunas con casi ciento cincuenta, te ponen en tu sitio.
Hoy vamos a por la Vía del Bolo. Nos han dicho que lo más difícil es subirse a el, que a modo de gorda verruga, inicia la vía.
Pulido, jabonoso, desgastado, sobado.....
Si patina y tienes miedo de darte una hostia sin empezar, aceras y punto. Lo bonito viene después. Un bonito largo cotado de 6a, donde escalar a placer, donde poner los popeyes a punto de jamón, así, para empezar.
Yo creo que desploma incluso.
Navegando por este paño y empalmando los dos primeros largos, el segundo es como un bálsamo recuperador para los brazos, tan solo cotado de V+.
Al grito de reunión, se lanzan a por la roca los colegas, y aunque ellos escalan más, vienen con la sonrisa en la boca. les han gustado los largos que me he currado.
No voy a ser egoísta, que lo que queda de vía lo escalen estos dos, ávidos de roca. Paso a ser el último de la cordada.
El paquete se lo ha currado. Esta contento. A tenido que pelear con sus miedos, esos que están siempre escondidos en su cabeza, y que salen a ver que pasa, cuando menos se lo espera. El paquete sigue a sus amigos. Ellos pasan silbando. El paquete con las cuerdas por arriba, pasa tranquilo. Ya no tiene miedo a caer, aunque si eso ocurre le asusta, y sobre todo le jode volver a andar el camino ya andado.
Un rapel desde la sabina nos deja en la paz del suelo. Habrá que buscar nuevas vías donde intentar esconder tanto fantasma.
Los de la cabeza, de los otros hablaremos otro día.
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