Es una de esas vías facilitas, dentro de la prudencia, que como paseo sirven para llegar a la cima del mallo colorao, y admirar desde otro punto de vista el paisaje circundante.
Una vía que en ningún momento se pone brava, que se deja escalar con tranquilidad. No olvides nunca, que anda en el V grado, y el patio se agranda a cada paso que das en la vertical.
Dos largos de IV y dos largos de V.
El acceso es bastante evidente, y el descenso, desde una sabina y en un único rapel hasta el suelo.
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