SAIOA

Tenemos  cumpleaños. El club de montaña Saioa de Corella, está este año de celebración. Cumple 20 años, y con motivo de tan magno evento, remueven cielo y tierra para realizar una salida a este emblemático monte, que curiosamente coincide en nombre con el del club.
Por si acaso la gente no se anima, cuentan con el apoyo de Antsoaingo Mendi Eskola, club hermanado, y colaborador en algunas actividades.
Al parecer, el aforo va a ser tan grande, que las lomas herbosas por donde van a discurrir los pasos de tanto montañero, se van a quedar pequeñas.
A la cita, ha llegado un coche con un único ocupante.
Un rato después, llega otro vehículo con cuatro montañeros, y tres mas en otro coche, llegan minutos mas tarde.
Vamos a poder ocupar todo el monte a nuestras anchas, nadie en el recorrido de nuestra vista, nadie a nuestra espalda, tenemos el monte entero para gozarlo nosotros solos, y así de esta manera, comenzamos el paseo que es esta ascensión.
Después del collado, cuando enfilamos hacia arriba la última pala, llega un viejo conocido de todos los montañeros, y se dedica a revolvernos los pelos, a quitarnos los gorros y gorras, a empujarnos al suelo, a intentarnos quitar las cosas de las manos...y sube con nosotros hasta la cima, pero no se queda con nosotros, se dedica a correr entre las cimas y los valles, entre el cielo y las nubes, a recoger y desperdigar las hojas caídas en el bosque.
No nos da tregua, ni cuando ponemos las velas en la tarta que nos hemos subido, no quiere que soplemos, para que, si ya está el, además el champán , no se queda en el vaso, se lo bebe el viento sin tragarselo,  desparramándolo entre los valles.
Prácticamente huimos de su lado. Llega un momento que se vuelve desagradable, que pasas de el, y se lo dices, pero no te oye, y sigue con su juego, con su su diversión.Necesitas encerrarte, y entonces es cuando ya vuelves, pero antes, vuelves a celebrar el cumpleaños del club. Cuatro gatos, si pero que bien lo han pasado estos cuatro gatos.....

CAPRICORNIO






De nuevo, aprovechando el fin de semana, vuelvo a escalar.
Esta vez toca en Panticosa, en la escuela de Forronías, donde está una de las vías, consideradas poker de ases, del pirineo.
Abierta en 1985, tiene casi toda la esencia de la escalada. Diedro, placa, fisura,chimenea, pasos aéreos...y además, semi equipada, con lo cual la imaginación bate sus alas
La catalogan como una joya, y la verdad es que me vuelvo a quedar con muy buen sabor de boca.
Esperando a que el sol caliente la roca....la noche ha sido fría....tomamos algún café en el pueblo, sin quitarle la vista desde abajo.
Para empezar, una roca pinchuda, con muy buen agarre, que hace que te alejes del suelo, casi sin darte cuenta...
Zuri encabeza los primeros largos, va despacio, midiendo los movimientos, asegurando.
Vamos entrando en terreno de altura, la carretera es como una cinta de regalo de cumpleaños, que se hubiese caído mas abajo del suelo...
Telera, nos va mirando a los ojos, sin apenas inclinar la cabeza, nos vamos poniendo a su altura....solamente a su altura sobre el nivel del mar.
La escalada es de las que se agradecen, la roca es roca, no como lo de ayer, y donde agarras, agarras y donde pisas, pisas.
Algún arbusto ha decidido quedarse a vivir en esta pared, y no me extraña, las vistas son muy buenas, y tan solo el sol, , y alguna mariposa, se atreven a visitarlos.
Entre chapa y chapa, exprimimos la imaginación, para medir y evaluar, donde estará el próximo paso , donde tenemos que protegernos, para que en caso de caída, el seguro este justo en el lugar adecuado, para no caer , no caer....pero las fuerzas están sobradas, la motivación  exagerada, y disfrutamos, incluso en los pasos mas duros, donde vemos con alegría, como se quedan abajo....
El diedro aparece sobre nuestras cabezas.....6a duro, dicen las reseñas, pero no es tan fiero este león como me lo pintaron, y para cuando me quiero enterar, lo tengo dando saltos entre mi aro de fuego, subido a una silla.
A partir de aquí, me siento tan inmensamente grande, con tanta vanidad en el pecho, que me salgo de la vía, y divago entre lajas ,fisuras y bloques. Un friend tras otro, me van contando, que algo no va bien, que vuelva a bajar del reino de los buitres, y busque el camino lógico y correcto...
Desando el camino comprometido, hasta casi su inicio, y sin ver, me doy de narices con otra chapa que me marca el camino.
Desde aquí ya es terminar de subir, para después volver a bajar. Como siempre.Otro peldaño acabado en mi nuevo proyecto.

TOBAZOGAN

A Candanchú, no se va solamente a esquiar. En la zona de Rioseta, donde los militares nos abandonaron unas instalaciones,  para que la hierba y las matas campen a sus anchas, nace un camino, que en quince minutos, nos deja debajo de la pared, donde hay una ruta, cosida a parabolts.
Seguramente sea una escalada preciosa, en un día precioso, confiando en la soledad que dan estas aventuras.
Pues no.
No todo fue precioso. Delante nuestra va una cordada, que en el primer IV, ya tiene que tirar de A0. Se me ponen los pelos de punta, y decido que tengo todo el día, que no tengo prisa, y voy a intentar disfrutarla.
El sol, va calentando mi cuerpo, la roca, la alegría. En el sorteo de cordadas, me tocó Zuri. No había escalado nunca con ella, así, solos a través de una cuerda...
Pasamos fáciles los primeros largos.
Placa de adherencia tumbada.Casi puedes pasear sin poner las manos.
Luego la cosa, se pone tiesa.......
Un paso en un techito, donde parece que agarras hojaldre. .
Cuando la presa a la que te agarras, se hace arena entre los dedos...esa arena, transmite miedo.
Es como querer coger papel del baño, con las manos mojadas.
Acerando a muerte, como un campeón, es una opción de pasar.
 Hilar fino para conservar a tu compañero, es fundamental.
Después, viene el tramo mas duro, pero preparado.
Pasando la cuerda por arriba, de chapa a chapa tienes el placer de la escalada, arriesgando lo mínimo. El paisaje ha empequeñecido bajo nuestra mirada. El descenso nos lo marcan dispersos puntos azules, diseminados a lo largo de un gran canchal, hasta llegar a la seguridad del suelo. Lo he pasado peor en esta bajada que en toda la subida.
Las zapatillas resbalan entre las piedras y la hierba, pero ya estamos abajo. Juntas ya las dos cordadas, el homenaje que nos regalamos, es de los que dejan muy buen sabor de boca. Además fue bastante barato.

PUNTAL DE SECÚS

Desde el refugio de Lizara, arranca un camino, que a su vez se divide en dos....que a su vez se dividen....y recorremos el menos frecuentado, el que no va a  la romería... Al Bisaurín, ya lo hemos colocado bajo nuestras botas, en varias ocasiones, por diversos itinerarios, y no queremos hacer siempre los mismos montes, por los mismos caminos.


El  valle de los sarrios, ahora sin nieve, es un espectáculo distinto al de la última vez. Hoy no hay  nieve ni hielo, ni sarrios esqueléticos, después de haber sido visitados por los buitres.
Hoy derrocha luz... verde... agua...
El murmullo del riachuelo queda atrás, y los pasos se elevan despacio, disfrutando de esta luz que nos llena los ojos, de este paisaje, de esta brisa...
 Los neveros, cabezones al verano, se quedan para esperar las primeras nieves que lleguen. Lloran por que estas tardan, y si tardan mucho mas, llorarán hasta morir de esperar.
Un collado, da paso a otro collado, y por fin, la nube nos envuelve. Nos roba los colores, el paisaje, el azul y el verde, las rocas, los horizontes.
.Hasta que llega ese momento mágico, en el que no es posible ascender mas, que los pasos se curvan hacia abajo, y en ese momento delicioso, la nube abre sus alas, y nos deja ver mas allá..tierra roja, roca gris y marrón, hierba verde, y cielo azul. Es caprichosa. nos da vista y ceguera en un momento, y así juega con nuestras retinas, hasta que decidimos abandonar las alturas, y buscar refugio en cotas mas amables. Cerrando un circulo, volvemos al ancho camino que nos lleva al principio, donde nos juntamos con otras gentes, que también vienen de arriba...de la romería.

PEÑALARA


Aprovechando un fin de semana, en el que las necesidades familiares, invitaban al viaje, decidimos dar un paseo por la sierra madrileña..
Hotelito rural, para dormir.
Lo mas rural del hotel, es el colchón sobre el que nos toca dormir....parece estar relleno de bellotas.
El amanecer, es frío, húmedo y neblinoso.
El parking, igual.
 Con una ligera reseña de unos ,que por lo visto también subían, nos vemos de repente solos, sin poder seguir, ni tan siquiera con la mirada a los que nos indicaron el camino. Probamos suerte, y en unos metros, nos damos de frente con los carteles. Para aquí, para allá, para Peñalara, para el otro lado.... Que fácil. Un ancho camino, mas parecido a una pista forestal, se extiende ante nosotros, y nos invita a seguirlo. Es un paseo tranquilo, y de vez en cuando, el sol parece que quiere asomar entre las nubes.
Vamos pasando los pasos,  ganando altura. En un momento, la laguna grande de Peñalara, es visible entre la niebla. Es tímida... al intentar hacerle una foto, se coloca  el velo de nubes....
Ahora, la nube es mas densa, y llora. Llora lágrimas, muchas, menudas y grandes, y es conveniente taparse.
El camino en un momento, se ha  estrechado, y con el dobladillo de los pantalones rozando los ginebros, persiguiendo los hitos, encontramos la cima de una de las hermanas. El tiempo no esta para tonterías,  hacemos oídos sordos a su llamada, y continuamos hasta donde vive su hermana. Somos como somos. Si no visitamos a una, tampoco visitamos a la otra, no hay favoritismos. Pero parece que algo se cabrea con nosotros, y nos manda un viento fuerte y helador. Las gotas caídas anteriormente, tienden a volverse duras, y a congelarse en nuestra ropa húmeda. El camino, ya es una adivinanza, y a ellas  jugamos, hasta encontrar un nuevo cartel que nos anuncia el final de nuestra ascensión. Pico de Peñalara.  Luchando con un viento salvaje, que impide hasta sacar una foto con trípode.

Vamos, vámonos para abajo.
En el descenso, muchos son los que quieren subir, quizás tengan mas suerte y el viento no se les enfade si no visitan a las hermanas.
Nosotros, bajamos  a ponernos secos, y a continuar nuestro viaje.

AGUJA DE PORTALET

La ves, la vuelves a ver......El corredor que nace a sus pies, tantas veces recorrido....en un rato que tenias perdido, y la miras desde abajo, y dices que hoy no es el dia....si será facil de subir....y la miras de nuevo...
Y llega el dia, que te decides a subirla, y encuentras una reseña, y ya la han taladrado. Que facil a partir de aqui.
Hoy vamos en cordada de tres. El problema, es que los largos son cinco, y el último el de la arista, apenas tiene emoción. Patio, si, pero emoción....
La aproximación, corta, la vía estética, la roca aceptable, chapada....que mas se puede pedir.
El día azul, el viento en calma, el sol... al otro lado de la aguja, el arnés colocado, las expreses tintineando, el casco ajustado, y las ganas de subir, comiéndose las uñas de impaciencia.
Comienza Zuri, a acariciar la roca. La pisa con cuidado, y estudia sus formas, para explorarla desde adentro, desde arriba, cada vez mas arriba....
Aitor, le sigue, buscándole sus formas, pliegues y cantos, en un momento parece que desploma, pero cuando se quiere dar cuenta, ya ha salido. Llega a donde el sol ciega, y apenas puede ver el camino.Por fin es mi turno. Debo moverme con cuidado. La roca está descompuesta en este tramo, y mis compañeros están debajo. No quiero que pase lo de ayer.
con un susto ya es suficiente.
Los ciento cincuenta metros, se han pasado en un plis. Casi sin tiempo para darnos cuenta, estamos en la arista que nos sirve de pasillo de salida.
Otra vía para el recuerdo, otro recuerdo para alimentar la memoria... para seguir viviendo .
Cuando pase a su lado, y la vuelva a ver....

ANAYET.... Via de los balcones



Siempre habia dicho, que la primera vez que subiera, seria por una via elegante.
Pasaron inviernos, esperando condiciones, y otra cabeza loca como la mia. Y siguieron pasando...
De repente, un dia me llega una llamada, y me propone la via de los balcones al Anayet.
Aquí esta mi via elegante....y tengo otro cabeza loca.
La rutina de siempre. Conducir, esperar, juntarse, risas, una cerveza, conducir, risas, anochecer....
La luna llena fue impresionante, en el lugar que escogimos para dormir.









La aproximación, nos sacó el sueño por los poros de la piel. El sueño, y unos cuantos líquidos.
Por fin, llegamos a ver su silueta imponente.  Incluso la belleza del paisaje de los lagos, se queda pequeña. 


Grande, áspera, vertical, toda ella de roca. 
Roca por donde arrastrarnos un buen rato.
Al pie de la via, somos los primeros. Pero en unos minutos, llegan mas cordadas. Impaciente, arranco en el primer largo, y el suelo, se vuelve vertical.
Una vez mas, voy a reunirme con mis queridos buitres.
De nuevo, la jerga habitual, el chasquear de mosquetones, y  ganarle metros a la gravedad.
Pero en una mirada hacia abajo, veo que de todas las personas que se habian reunido abajo, conte once personas, uno esta tocando mis talones con su flequillo.
-         No me gusta agobiar....yo respeto mucho a las cordadas que van delante mio....soy muy respetuoso con los de delante y los de detrás....
Mi lado mas borde aflora, y le pido calma, le pido tiempo, no hay espacio para nadie aquí en esta reunión, y le digo que espere.
Agobiado por la situación, sigo a mi hermano de cuerda, y logro alejarme, pero es en vano, vuelven a alcanzarnos.
 Solución, empalmo un par de largos.
De repente, en medio del silencio...-... piedra, piedra...-
Una avalancha canta su terrorífica canción.
Y luego nada.
 Solo el sonido mudo de la roca al sol.
Aitor, no ha oido nada, y sacudo mi cabeza, ha sido real, no lo he soñado.
Seguimos un camino sin definir, solamente por intuición, una hilera de chapas plateadas, donde asegurar nuestra vida, como si fueran miguitas de pan, siendo nosotros sus pulgarcitos.
Siempre me hace sonreir, las caras de los que han subido por otro sitio, cuando llego a la cima. Me siento marciano, y siempre se escuchan palabras de ánimo.
Ya no nos queda montaña que subir, y con un enorme abrazo, rubricamos otra ascensión maravillosa.
Aparte de la bajada, solo nos queda esperar a nuestros compañeros.
Otras cordadas, otras gentes, aparecen por esta cima. Unos por la normal, otros por nuestra vía.
Tras cuatro horas de aburrida espera, aparecen nuestros compañeros, Zuri, Luis y Ramón.
La avalancha ha intentado putearles el día. Alguna pedrada, y una cuerda cortada. Por suerte, el alma conservó tres trenzas, para poder llegar a lo mas alto.
Susto o muerte. Esta vez solo susto. Las golosinas, nos las comimos alli arriba, todos juntos, admirando el paisaje.


MONCAYO 6 CUMBRES

El Club de montaña SAIOA de Corella, organiza una marcha de largo recorrido.Al estar este club, hermanado con el mio, ofrezco colaboración, por si necesitan ayuda.
- Tu puesto es la Punta Norte, a 2065 m. de altura, y tienes que controlar los dorsales de la gente que pase...-
Quedo con María y Eugenio, que son los puntos posterior y anterior respectivamente y me lanzo a una actividad, que nunca antes había tenido oportunidad de realizar.
La niebla, nos rodea a veces, otras no, pero deja su llanto en los arboles y arbustos, y se lo arrancamos con el paso de nuestros cuerpos. María se queda atrás, dos veces vuelve al coche, y Eugenio, me lleva a trote cochinero....- Estoy flojo me dice...-, y a sus 60 blincaos, anda como un sarrio.
Un rato con la lengua fuera, y otro con el orgullo delante, y como el tiempo apremia, casi corremos a los puestos de control asignados. Dejo a mi compañero en el suyo, y continuo hasta el mio.
La ropa mojada y la brisa que corrió por la cima, me dejan tiritando en un momento. Despliego la silla, y monto parapeto con el paraguas. Cuando sale el sol, se esta agustito, pero tengo que ponerme el plumas, para estar realmente confortable. La música me acompaña , y con la lectura de la prensa, y el almuerzo, hago tiempo hasta que llega el primero.
El walki me pone sobre aviso, llega el primero, y desde el puesto anterior, veo un puntito, que poco a poco se va convirtiendo en persona. Parece que tiene prisa. La información que tengo de la bajada, es inexistente, no se para donde tengo que mandar a la gente, y con un poco de imaginación, los dirijo al cruce del camino que he dejado abajo.
El mar de nubes que me rodea,es impresionante, y en la otra orilla, se distinguen Bisaurin, Aspe, Collarada...
El goteo de gente, comienza.
Unos con caras de satisfacción, otros con caras de sufrimiento, caras bañadas en sudor, y alguna cara conocida.
La mañana esta resultando amena, casi todos quieren una foto de recuerdo en el mojón de la ultima cima, o una foto playera con el mar de nubes.
Alguno necesita recuperar fuerzas, y alguno mas, necesita de mi agua...
Las horas han pasado como si nada, ya llegan los últimos grupos, que van disfrutando del recorrido, y del paisaje.
La bajada a la que he mandado a la gente, no es la mejor bajada del mundo, es aspera, no hay nada que marque el camino, tan solo un puntito verde, alli a lo lejos, que nos hace señas...Creo que con la niebla, no es posible verlo.
Por fin el escoba, va recogiendo a todos los controladores y a los marchistas. Barriendonos hacia abajo.
Ya no hay llovizna, ni nubes, y en esta vertiente, tampoco hay sol. El camino, se ve perfectamente, y nos quedamos recogiendo las cintas señalizadoras. Dejando el monte limpio.
Ha sido una bonita experiencia.


ARISTA DE SALENQUES


Suena la alarma....pero se está agusto dentro del saco.
 Remoloneamos media hora mas, para salir a la carrera, y subirnos al autobús, que nos quita una hora de andada. El camino, de inicio, ya lo sabemos, y caminamos a buen ritmo, persiguiendo un pequeño círculo de luz, que se mueve delante de nuestros pies. Poco a poco, el sonido del río llena nuestros oídos, y no nos abandona  en un buen rato. Después de cuatro horas andando y saltando entre bloques de roca y arroyos, fallando en la recepción de los saltos, y metiendo las botas en el agua, parando caídas con la espinilla.....con los pies encharcados, llegamos al inicio de este sueño.


Arnés, hierros, cuerda, que extraño atuendo, pero este baile, lo requiere, y comenzamos a bailar en esta pista desolada. ¿Cuando antes has bailado con un gendarme?  Este de 3.050 m. parece imponente, y se deja hacer por unas buenas fisuras. 



 Un obstáculo menos, pero no hemos hecho mas que empezar......



Subidas y bajadas, gendarmes y torres, bloques en equilibrios precarios, una ola de roca triturada, maltratada por el tiempo, la lluvia, la nieve y el sol, que nuestras manos agarran con delicadeza unas veces, apretando mucho mas de la cuenta otras, y el vacío creciendo a nuestros pies, obligándonos a lanzar la mirada cada vez más abajo.
Las nubes, vienen a quedarse con nosotros, a envolvernos con su humedad, y su ceguera, a borrarnos el paisaje y las referencias , a rodearnos con su gris, para llegar a creer que somos los únicos habitantes de las rocas. Tendremos que imaginar como serán los caminos que nos saquen de este laberinto, en el cual, nuestro hilo de Ariadna, nuestro cordón umbilical, no nos deja perdernos ni separarnos mas de la cuenta.

     Ya hemos pasado por alguno  de esos tresmiles "puntuables",de los del coleccionismo, y apenas nos enteramos.
Cimas en las que el punto culminante, son unas cuantas piedras amontonadas.....¿es necesario, amontonar mas piedras en esta inmensa escombrera, para saber cual es su cima ?
Por si no nos gusta , también ponemos cruces y vírgenes.

Después de un largo rapel incierto, donde la longitud de la cuerda nos ha hecho dudar de si nuestros pies llegarían el algún momento a tocar suelo, las dificultades, decrecen.
Toda nuestra fuerza mental, la ponemos a prueba hoy. Gran parte de nuestra fuerza física, ha sido probada, y al llegar al punto culminante, vemos con alegría que solamente han pasado doce horas. Doce horas, acariciando piedras, que nos dejan las manos doloridas, enrojecidas, sensibles....Doce horas en las que nuestros pies, no han pisado suelo horizontal en ningún momento, doce horas en que la mochila nos invitaba a tirarla al vacío, pero que era nuestro  salvavidas. Doce horas, en las que el agotamiento apenas se dejaba notar, gracias al empuje de la adrenalina, doce horas que no han podido superar una ilusión.

Por fin los dientes de sierra, ha quedado atrás.
El punto culminante ha quedado bajo nuestros pies. Algunos acomodan sus sacos buscando pasar una noche confortable aquí arriba.


Nuestro camino es solamente de bajada, pero todavía no sabemos que nos quedan cinco horas, luchando contra el reloj, para poder descansar.
Otras cinco horas, caminando por el hielo, saltando rocas, buscando fantasmas ( hitos) que nos indiquen el camino a seguir, y nos impidan perdernos. Cinco horas robando pequeños sorbos de agua a otro arroyo, distinto del primero, pero que canta la misma canción. Veintiuna horas para dar con nuestros doloridos cuerpos en un colchón, y esta vez, nuestro sueño será reparador














ARISTA DE LOS MURCIELAGOS

Si fuera tan plano...como hace ver el efecto óptico, quizas perderia casi todo el sabor...
 No es especialmente dificil, al menos, a mi me lo parece, pero es disfrutona...Esta vez fué la tercera, pero casi como si hubiese sido la primera....volvió a emocionarme.
Ante el planteamiento de ...¿ donde vamos...?, a mi hermano de cuerda, le apetece, y a mi no me importa.
Madrugón... para saborear el fresco de la mañana, pero en la primera reunión, el viento, deja paso al frio. Entrar en calor, cuando se va a largos, es dificil y complicado, pero le buscamos la vuelta, y las reuniones, al norte, que es donde hace mas calorcito.
 Queremos seguir los pasos, que un dia de hace un monton de años, a alguien se le ocurrio.
 Sin apenas esfuerzos, dejamos atras la punta dondeestastú...la punta dondeestaeste...
 El terrible muro que aparece de repente, es mas humano cuando nos acercamos, y asi, el mundo se va haciendo pequeño a nuestros pies.

Con cuidado colocamos nuestros pasos, los edelweis, salen a saludarnos .


La roca, lo llena todo, el paisaje, nuestras manos, arrastramos el cuerpo por ella, intentando no caer en ese paso mas dificil...no entramos en escaqueos, queremos la arista tal cual, como los pioneros, tiene algo de cura de humildad , si pensamos en los materiales de aquella época...


El pirineo, va despidiendo despacio la nieve , pero algunos neveros aguantaran hasta el invierno.Serán la levadura madre del próximo ... 
 Ya somos capaces de adivinar el final, el buzón, se hace visible, y la alguna gente mira con cara extraña.
 No somos marcianos, somos montañeros como el resto, pero quiza con un puntito mas de locura, de esa locura que nace, donde se fabrican los sueños, donde pensamos que podemos llegar a volar, sin despegar los pies del suelo.
Ya solo queda cerrar el círculo, volver al punto de partida, de donde salimos hace unas horas, para con calma, revivir lo vivido, y como broche final, preparar la próxima.