PICO CUYALARET 2250 m.

 



Llega la primavera. 

Dicen que es la mejor nieve para esquiar.

Quienes solamente aspiramos a no caernos mientras nos deslizamos, intentamos el ascenso a este pequeño pico, muy accesible desde el otro lado de la línea que separa el pirineo norte del pirineo sur.

Montamos el circo con los que saben, con los que pasan de patinar y siguen fieles a "lo de siempre", a caminar, y los que vamos de divinos, los paquetes.

Las cuestas arriba, siempre se ponen cuesta arriba y este penar, es agradable. Las tablas, fijadas a las botas, hacen que los pasos no se pierdan en la profundidad de la nieve. Nieve que más parece puré de patatas, ya que entre la consistencia y los polvos saharianos, le han dado un color como de mantequilla con pimentón.



Inmensa rebanada de nieve que nos comemos. Inmensa la huella que queda tras los pasos, raqueteros y deslizantes. Inmenso el paisaje detrás del horizonte. Quizás estamos en Venus, viendo el resto de planetas a nuestro alrededor. En la montaña de Mecahuenchunga, de más de diez mil metros para agitar la respiración, con los imanes en las botas de mas de veintisiete kilos, haciendo pleno contacto con la escasa gravedad venusiana, y el ritmo agitado. Todo lo agitado que se puede esperar de un ritmo      interestelar....

No es mal de altura. Son las chorradas que la falta de aliento, y el cachondeo invitan a soñar. Entre paso y paso, en el circo han aparecido los payasos, el tonto bueno, y el listo tonto. La nariz colorada es por el frío, los zapatones enormes y las ganas de dar espectáculo, llegan ahora. Bajar. El que sabe, baja. Quien anda, baja, y los paquetes comienzan un rosario de caídas, que la banda del circo ameniza desde el palco. Una tras otra, vueltas y revueltas. Frenadas a destiempo y giros sin final. Una y otra vez rebozados en nieve. Metro a metro caída tras caída, giro tras giro, los payasos acaban el descenso. Los que saben, han echado la mañana de risas, los que andan, también llegaron abajo. Los paquetes sin romperse nada, también les acompañan. Aprender a base de tortas, quizás no sea lo mejor, pero si es lo más divertido.


















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