En la región de Gilgit-Baltistán, en el Karakorum Pakistaní.
Una montañita de 5098 m.
Una montañita de treking.
Una montaña de aclimatación que queremos utilizar para conseguir algo más grande.
Vuelta a Pakistán dos años después para poder ver a los amigos, para disfrutarlos un poco más. Poder seguir llenando los ojos de paisajes espectaculares, de montañones, en un viaje alucinante.
Desde al pueblo de Hopar, en el valle de Nagar, en la zona de Hunza. Gente amable y fuerte. Acostumbrada a una vida dura.
Hay que atravesar dos lenguas glaciares para llegar al primer punto de acampada. Los porteadores llevan todo lo necesario para poder hacernos la vida más fácil a nosotros señoritos europeos.
Tenemos que aclimatar y nos quedamos a 3.300m. Habrá que intentarlo, nos hemos estado preparando para esto. Una cuesta de 750 m. de desnivel, nos lleva a un mirador fantástico, donde grandes montañas se dejan ver y aún continuamos otros cuatrocientos metros de desnivel más. 1100 m. para primer día. Una ascensión alpina para ir abriendo boca. El tiempo es sensacional. Soleado sin sol, para poder andar sin agobios. Templadamente frío para subir sin sudar.
Tras un día de descanso, dejando pasar la vida a la puerta de las tiendas, queremos llegar a la cima.
Si el sol nos encuentra muy altos, mejor para nosotros. La cuesta de los 750 m. no nos desmoraliza a pesar de ser tremendamente aburrida, y los pasos arrastrados consiguen transportarnos hasta el collado y un poco más. Es pronto, y no nos espera nadie, así que tenemos todo el tiempo del mundo para seguir encarando los distintos relieves que nos acercan al final.
No soy capaz de distinguir el reflejo del agua del Rush Lake de las laderas que lo encierran. Nunca antes habían visto mis ojos un agua tan clara y transparente. Si me fijo bien, parece que esté vacío. Ni las pequeñas olas mecidas por el viento cimero hacen oscilar la lámina de agua.
Dos enormes torres de roca construidas por las gentes que suben hasta aquí, a mas de cuatro mil novecientos metros de altura, a alguno lo despistan pensando que ya estamos en la cima, y como probablemente, según el, sea la primera persona de su país en ascender a esta cima, le deja el honor de ser el primero al más viejo, al de mayor edad....
El error se corrige siguiendo adelante hasta la punta que todavía desafiante queda unos metros más arriba, y por no reconocer el error, se bate entre sus piedras para demostrar que...
- Os queda media hora.- mientras baja de la cima en la que ha estado solo, poco más de diez segundos.
Cada uno disfruta de la cima a su manera, y la disfrutamos casi todos juntos y como las vistas se han quedado ciegas a causa de las nubes y la nieve comienza a caer con fuerza, y una foto da constancia de haber estado en tan alto punto y haber conseguido ya la mitad de los objetivos, nos vamos rápidos para abajo.
El descenso como casi siempre, se hace largo, pero el ánimo está desbordado. Somos capaces de subir mil ochocientos metros positivos de desnivel, hasta la cota cinco mil noventa y ocho, y desandar el camino en un proceso de aclimatación, que nos está diciendo que los cuerpos están bien entrenados, y fuertes, que aún pueden más, que les demos caña.....
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