ORDESA. TOZAL DEL MALLO. RAVIER 6A 340m. ESTANTERÍA DEL RECUERDO 2007


24/06/2007


El viernes 22, pronto, a las 17.30 , voy a por Jabitxu, y rumbo a Ordesa. Queremos hacer la Ravier, al Tozal del Mallo. Un viajecito normal hasta la pradera, y como allí no tenemos comunicación telefónica, bajamos hasta Broto a llamar.   Allí nos hacemos la cena, y dormimos en un porche. 
A las 5 arriba, y desayuno. Coche a la pradera, desandamos como un kilómetro, y a patear sendero.




Como en una hora, dejamos las mochilas en un vivac, y hacia la pared. 
Llegamos, y conforme llegamos, Jabitxu arranca a andar y a trepar. Un largo de IV, que hacemos en ensamble.
Hacemos reunión, y tiro otro largo de IV+, paso una reunión opcional, y otros dos largos. 
Largo de V- para Jabi, por un diedro tumbado. 
El siguiente  es la chimenea de V+ penoso. Casi no quepo.






Después la estrella para Jabitxu, V+/6a, hasta un gendarme. El monta la reunión debajo del gendarme, pero está unos metros más arriba.
 Hago otro largo de V, y despues Jabi otro largo más de V. 
Ahora hay que hacer una travesía para meterse en la chimenea final, que son tres largos.
 Jabi hace el 1º, pero no llega a la reunión de lo que rozan las cuerdas, y se queda un poco más abajo.
 Encadeno yo esa reunión, y sigue Jabi el que sería mi largo. 
Después queda el último largo de V con otra chimenea que desploma un poco.
Salimos por arriba, después de 8h. y 45 minutos de escalada. 
Contentos. 
Felices. 
Un muy buen día.
 Buen tiempo, a veces frío. 
Nos echamos pecaos, por que no nos oíamos, se nos rizaban las cuerdas, rozamientos... etc.
Bajada por Carriata, por las clavijas.
Al coche, un bocata, escribir en el libro de piadas del bar el último Bucardo, y pa casa a las 10,30 h de la noche.














ASTAZOUS, SWAN Y NORTE DEL PERDIDO. ESTANTERÍA DEL RECUERDO 2006



                              


15/04/2006

Bueno, el miércoles a las 16.30, están debajo de casa, Txetxu, y Pablo, con el cartucho. ( el coche )
Nos montamos y nos vamos. Es semanasanta. Camino a los gavarnises. ( Gavarnie )
 Hacia las 21 h . llegamos, nos echamos las mochilas a la espalda, y de camino a la cabaña de Pailla.
Al llegar, tres franceses, Tachí, Francesco y Cristobal, se están poniendo hasta el culo de ron, y mariabuena.
Pablo le da un tiento al ron, pero queremos sobar.
Mañana vamos a madrugar.
Pero hasta casi las dos, los franceses con sus risas, no nos dejan dormir.
 Después, a las 5.30 que suena el despertador, somos nosotros los que no les dejamos dormir.
Desayunamos, y en marcha hacia el Swan. Una cordada nos adelanta poco antes de llegar al cono de entrada. Prácticamente no les vemos. Montamos reunión antes de una cascada de hielo con dos clavos. Salgo para arriba con un hielo un poco podrido, pero sólido. Pongo un tornillo en medio de la cascada, y sigo hasta la cueva. 








Monto una reunión con un clavo y un fisurero. Vienen Pablo y Txetxu. Recojo material y continúo, también por hielo, y mixto. Pongo un ancla en una zona de nieve, y sigo hasta dos clavos que encuentro, y los refuerzo con otro.Vienen de nuevo los dos colegas, y tiramos en ensamble. Veo algún cordino, y lo chapo también. Seguimos todo el corredor en ensamble, todo por nieve, sin meter nada, arrastrando la cuerda, que me da en los guebos, cuando se para cualquiera de los dos, y poco a poco, hasta el collado de Swan. ¡¡ Felicidades !! Hemos hecho el corredor Swan. 
Fácil.
Llegan unos de Pamplona, que me sonaban, y es que vamos al mismo rocódromo. Casualidades.
Hacemos los dos Astazous, y nos bajamos hasta el balcón, para vivaquear.






A Txetxu le duele la cabeza.
Fundimos nieve, hacemos papeo, revisamos la ruta hacia el perdido, y hacia las ocho, a sobar.
Un plástico al suelo, las esterillas encima, y al saco. Txetxu se pone además la funda de vivac, por lo del frío. No hay rehielo, pero se queja que ha tiritado un poco.
Se pone malo de vomitar, por las jaquecas, y dice que no sigue. Que el recoge el material que no necesitamos, y que se va a Tucarroya.
Pablo y yo nos vamos hacia la norte.
Pasamos la primera banda rocosa por una canal estrecha y corta, con un paso de hielo, y salimos a la campa intermedia. La cruzamos buscando los seracs de la siguiente barrera. Abrimos una trinchera en la nieve, que está muy blanda. Atacamos la segunda barrera de seracs, y pasamos sin problemas, y nos vamos al corredor de salida de la clásica, donde nos empleamos unos cuantos metros con el hielo. De ahí a la cresta y a la cima.




                           En línea de puntos, la norte clásica. en línea continua, " nuestra norte "







El descenso por la escupidera, hasta el lago, y por el collado del cilindro, hasta abajo. Es el primer perdido de Pablo, y no le ha parecido difícil. Hemos subido sin sacar la cuerda, y no hemos sentido peligro. Txetxu nos espera en Tucarroya, y tiene preparada agua.
Está mejor, pero me jode mogollón que no haya podido venir, por que sé que le apetecía muchísimo..
Ocho horas de actividad el primer día, y once el segundo.
Estoy molido pero contento. No ha salido todo como yo quería, pero me gusta salir con estos dos. Una pena lo de la cabeza, y la mala ostia que ha hecho Pablo, por lo que le pesaba la mochila.
Estupenda salida, para repetir cualquier día.



ARISTA DE COSTERILLOU AD. ESTANTERÍA DEL RECUERDO 2006



02/05/2006

El viaje termina en La Sarra, donde nos comemos el pollo guisado de Luis. Nos echamos las mochilas a la chepa, y " parriba".
 Llevo las botas de plástico en la mochila para no machacarme los pies. La cuerda la sube Luis. Solo subimos una de 8.6. Haremos largos de 30 m. y los rápeles no son grandes.
 En aproximadamente dos horas y media, estamos en el refugio de Respomuso. Hemos adelantado a algún grupo de gente con mochila, pero nos hemos cruzado con mucho paseante. 
Jalamos algo en el refugio cerrado, y seguimos hacia arriba. Buscamos un sitio para vivaquear. Hago un agujero en la nieve, y le pongo un parapeto, tras un rato de duro trabajo. Luis se acomoda una repisa de piedra, y también se hace un murito de piedra. El día es precioso, pero el viento sopla con saña. Hacemos algo de cena, y a las 8 o así al saco. Me lo cierro casi todo, y voy viendo como el día se va perdiendo. He debido cerrar los ojos mucho rato, por que al abrirlos de nuevo, es noche cerrada, pero nunca había visto antes tantas estrellas. Será la altura, será la ausencia de luces, pero la noche está preciosa. Vuelvo a cerrar los ojos, y a abrirlos varias veces, y me quedo extasiado con las estrellas, hasta que el ruido del piolo contra la roca, me despierta.
 Es Luis.... Yo me he quedado dormido.
 Son las 6.30 y comienzo la amarga tarea de vestirse, y salir del saco. El viento sigue soplando, aunque más suave. Terminado el desayuno, enterramos una mochila con los sacos, esterillas, etc. Con una mochila con algo de material, comida y agua, salimos a la cuesta del diablo.
A Luis le parece mucha caña. Nos dirigimos directamente a la brecha que baja de la Aguja D´ussel.
La nieve está dura, y la pendiente es muy fuerte. Luis sube haciendo tracción, y casi sin darnos cuenta, hacemos la cima de la aguja.
Y a partir de aquí comienza la diversión.






La roca es muy buena, no es que tenga adherencia, es que se pega. Yo llevo botas de plástico , por que me quiero acostumbrar a escalar con ellas , y la verdad, de puta madre. Me siento cómodo y quizás aleje los seguros, pero en apenas 15 o 20 minutos, abro los largos, los protejo y monto reunión. Luis viene siempre de segundo y tarda de 40 a 45 minutos. Me desespero. Pero la escalada, los rápeles, los patios, me gustan... Busco el camino, y me oriento bastante bien, y por fin, llegamos a la torre de Costerillou. He leído que es el tres mil más difícil del Pirineo. Después de la torre, el rapel más largo, y de nuevo más trepada, pero más fácil, y poco a poco dejamos la cresta, para llegar a Balaitus, y nos vamos a la brecha Latour, que en dos rápeles y un destrepe, dejamos atrás. Rápidamente al vivac. Todo mojado. Rehacer las mochilas, y beber, beber, y beber.
 Corriendo para La Sarra, a donde lleGamos a las 9 de la noche, y de ahí a casa, hacia las 11.30 h. 
Luis todavía tiene hora y cuarto. hasta casa.
 Palizón, pero muy contento y satisfecho.








ELBRUS 5642 m. ESTANTERÍA DEL RECUERDO 2012





Esta es una de esas excursiones, en las que el medio justifica el fin.
La montaña, me daba un poco igual. Poco me importaba que sea una de las siete cumbres. No están entre mis proyectos, además me parecía bastante fea. Para mi, el fin era Moscú . Pasearme por su plaza roja.
Que me voy de expedición.
Muchas horas nos separaron del destino, mas de 40, entre vuelos, esperas ,embarques...pero llegamos al destino, eso si.... destrozados.
Pero las ganas de monte, no quitan una cosa para poner la otra, así que la aclimatación la hacemos en el Malj Cheget, un 3700 . El malrollismo visceral , comienza a pico y pala . Algunos lo comienzan a ver. Otros como quien oye llover. Ni se enteran.
Pero se supone que el tema principal, es la montaña, y el turismo, así que en eso vamos gastando las horas.
Ahora vamos a intentar el Elbrus, que para eso hemos venido. El telesilla cutre nos sube hasta Barrels (3750 m. ). Un refugio construido con cisternas de camión ruso. Alojamiento para cuatro personas. Comodidad y ambiente suiza, entre toneladas de mierda alrededor. Subimos desde aquí hacia las Pashtukova Rocks, mas o menos hasta los 4000 para aclimatar. Alguno, sube andando, sin telesilla. La montaña para el que se la trabaja.
Los Ratrack, ( pisapistas )suben y bajan llenos de clientes. Suben hasta los cincomil, y vomitan un montón de " alpinistas" camino hacia la cima.  ¡¡ Mira !!, aquí no pasamos ninguno envidia...




Apuramos el día, y volvemos a pasar la noche a Barrels. Quien subió andando, llegó incluso más arriba que nosotros. !!! Toma ¡¡¡
Diesel Hut ( 4100 m. ) Desde aquí mañana intentaremos esta fea montaña. La verdad es que no me pone nada, pero bueno, como ya he dicho esta vez el fin justifica los medios. Madrugamos, no recuerdo a que hora, pero se que madrugué, o quizá no llegué a dormir... Sé que antes de entrar al refugio , nevaba con mucho viento. Creo que hacia la 1 comenzamos a andar. Hacía frío, mucho frío, pero por lo menos el tiempo estaba calmado. La noche despejada. Y así, sin referencias, como tantas otras veces antes y después, nos entretuvimos en seguir el circulito de luz delante de los pies. Recuerdo que cogí mi paso a la cabeza del grupo, y sin mirar atrás, ya que no hay grietas, ni peligros objetivos, un pie delante de otro, hasta que me aburrí. Y es cierto que me aburrí. Una pala de nieve inmensamente grande, sin un solo obstáculo , solo nieve, nieve...  ¿que esperabas ?
 El viento hizo aparición, y no sé como, la cremallera de mi plumas, se rompió. ¡ Mierda ! 
 El frío comenzó a colarse , y la ajusté como pude, y volví a cerrar la huida del calor. Tenía que llevar los brazos cruzados para que no se abriera.
 El amanecer, me pilló un poco antes de la silla, que es el valle que queda entre las dos cimas. Apenas 150 m. por debajo de la cima. 




Paro, y veo quien viene detrás pisándome los talones. Hablamos entre el frío y el viento.
- Paso de este puto monte...
- Lo que tu digas...
- Quédate un poco a esperar... los demás no pueden tardar...
- Me bajo contigo...
Al quitarse las gafas de ventisca, veo que tiene edema facial, la cara hinchada, por efecto de la altura. Ya hemos pasado de los 5500. Es su primera vez en altura.
Me doy la vuelta, y me voy para abajo. Me sigue. Le digo que cuando nos juntemos con el resto, que vuelva hacia arriba, y enseguida, nos juntamos con los demás. Uno, ni tan siquiera saludó. Otro, ni siquiera levantó la mirada de la punta de sus pies. Quien pagó dos expediciones, nos anima a darnos la vuelta y seguir hacia arriba, y si no,  ¡¡ mañana lo volvemos a intentar !! y subo con vosotros.... la verdad es que es una persona muy fuerte, y con muchos más valores alpinísticos, que casi todos los que estamos.... Ahora veréis.
Sigo en mis trece, y me bajo acompañado. El primero que ha pasado, ha continuado hasta la cima, de la que distábamos algo menos de una hora, ha tocado cumbre, y ha comenzado a bajar.
El más fuerte, ha tenido que subir a los otros dos hasta la cima, casi a rastras a uno de ellos, el otro se ha sentado en la cima, y ha dicho que ya no podía más.... marrón.
Uno fuerte, y casi dos cadáveres ... Marronazo.
 Algún gel, agua, chocolate, mucha paciencia, y ánimos para poder mover al resto de la expedición, y comenzar a bajar.
No hubo mayores historias, todos llegaron a su objetivo. unos hasta la cima, y otros no. Nadie puso en duda donde estaba la cima de cada uno.
Al llegar al hotel la cama los acogió durante dos días enteros. Muchas pastillas y geles para poder llegar arriba, habían hecho mella en sus cuerpos.
Una cima no vale ningún precio. Si,es bonito, es la guinda del pastel, pero si me va a costar algo...
Y por fin, mi cima. Moscú. Como disfruté de los dos días que estuve allí. Lo mejor de la expedición, con muchísima diferencia.
 A mucha de la gente que vino, no los ha vuelto a ver. Otros salieron de mi vida, con el resto sigo manteniendo camaradería, y con alguien más comparto día a día.
Muchas cosas se aprenden de expedición.







VIGNEMALE. 3298 M. - CARA NORTE 800 M. D+ . ESTANTERIA DEL RECUERDO 2012


Hacía mucho tiempo que la había visto en foto. Incluso alguna vez me acerqué, para poder verla al natural, y no me defraudó. Daba igual que estuviera roca pelada o cubierta de nieve. La oí. Rugía. Daba igual que fuera invierno o verano. Tiene la insana costumbre de sacudirse la piel, y quitarse de encima el hielo y la piedra, pero no por eso resulta temible. 
Alimenté un sueño, que duró mucho tiempo, durante el cual preparé mis condiciones, las físicas y las mentales. No fue un aprendizaje fácil. Costó muchas escaladas, más cortas y más fáciles, fue como subir una escalera, peldaño a peldaño, cada día un poco más duro, pero siempre gozando de la actividad. Al final de todo ese trabajo, y con la compañía adecuada, decidí que ya era hora. La estudié, vi sus puntos débiles, me informé, me aprendí los caminos, pregunté, escuché y preparé una estrategia. Sacudí mis miedos, y entre la roca y el hielo, comencé a soñar.
Fue un sueño duro y difícil, pero nunca llegó a ser una pesadilla. La noche y el día se sucedieron sin notarlo, y , al llegar de nuevo la noche, me dí cuenta que el sueño se había hecho realidad. Una pregunta volvió a asaltarme. ¿ Y ahora ? Ahora compartiré mi sueño con todo aquel que lo quiera. Intentaré que otros aprendan. que sean capaces de cerrar los ojos y ver caminos imposibles. Que preparen sus cuerpos y sus mentes. Que sean capaces de luchar por sus ilusiones. Que compartan la vida, con alguien en quien confían, y que les quiera.




Probablemente la escalada más bonita de cuantas recuerdo.






CERVINO - MATTERHORN 4478m. ESTANTERÍA DEL RECUERDO 2010



Y parece que fue ayer...
Mas de veinte años rondando en mi cabeza. 
Fotos, artículos, más fotos... conversaciones...
- ¡ Este verano... o el siguiente.. o el próximo...
El Cervino, por que solamente se llamaba así, Cervino, como un ratón en mi cabeza, royendo todos los días, convertido en una obsesión.
En el verano de 2003, tuve la dicha de verlo personalmente, por su cara Suiza, con esa nube pegada que no me dejaba disfrutar de la estampa completamente. Más de dos carretes de fotos.
Fue como el pistoletazo de una larga carrera. En los años siguientes, volví varias veces a verlo, incluso una de ellas, a tocar sus faldas. Una por Italia, dos por Suiza...siempre había trampas en el camino, que impedían el intento.
A finales del verano del 2010, después de una expedición a las montañas del pamir, llega la ocasión de volver a intentarlo.
 Viaje de fin de semana, hasta Tasch.
Dormir en el parking,  taxi hasta Zermatt y teleférico hasta Schwarzsee.... por cuarenta y siete francos suizos, un veintiuno de septiembre, a las 11 de la mañana.
La mochila llena de ilusión, cuerdas, crampones, saco de dormir... quien sabe si nos tocará picar un vivac... ropa de abrigo, algo de picoteo, etc... y muchas ,muchas ganas de medirme con el, de intentarlo de verdad
Hornlï, el refugio-hotel, esta cerrado. En su terraza, algún trekker disfruta del sol.
Uno de los que vamos, decide retirarse en este punto, y sin pararnos, continuamos.



El primer muro, me impone. Varias docenas de placas, recuerdan a muchos desconocidos. No quiero que mi nombre esté en esta lista, los  pelos se me erizan, pero creo que es la emoción del momento. La veo completamente lisa, pero al acercarme a acariciarla, compruebo que no hay tal lisura, que es  accesible, y con el gesto de agarrarla, comienza el viaje hacia sus alturas.
Al principio, no es necesario desplegar las cuerdas, el camino se ve pisado, y la progresión, es fácil, aunque las manos están prácticamente pegadas a la roca.



En algunos puntos, apenas diez o doce metros nos separan del filo de la arista de Hornlï, en ocasiones, vamos a navegar por su filo, al borde de la cara norte.
En medio de esta vasta extensión de roca ascendente, un camino pisado, muy fácil, te invita a que lo sigas. Te dejas tentar, como Ulises por las sirenas, y te dejas llevar..y comienzas a trepar, cada vez más descompuesto, más tieso, y paras, y piensas, y miras hacia abajo, y miras hacia arriba, y das otro paso, y vuelves a mirar hacia arriba, y  hacia abajo, y de repente miras hacia dentro de ti mismo, y te preguntas... y te respondes, y al mirar de nuevo hacia arriba, ves un clavo, y te vuelves a preguntar...
- ¿ la ruta es esta ?
- ¿ es el desembarque de un embarque ?
Lo dijo Rebuffat, - ¡ maravilloso montón de piedras, vertiginosas pilas de platos!
Todo se mueve en esta montaña.
Mil dudas pajarean a tu alrededor. Te contestas.Te decides. Es el desembarque de un embarque. Estas seguro. Has visto a tu derecha, más cerca de la arista, algo que te ha dicho que el camino correcto esta allí, no aquí,  te bajas como puedes, y continúas y aciertas. El compañero hace rato que ya no existe. El dolor de cabeza no le deja pensar,solamente se mueve, no habla, pero no quiere bajar, mejor para mi, me encuentro bien, y egoistamente, sigo hacia mi sueño.





El horizonte, crece bajo mis pies. El paisaje es impresionante, más si cabe, desde esta altura.
Maromas para indicar el camino, y allí arriba, ya se ve la cabaña de Solvay. Estamos cerca de los cuatro mil metros. El día sigue radiante, la temperatura no es fría. Que agusto, que disfrute en estas laderas. La placa que da acceso a la cabaña, es sencilla, a pesar de todo lo que había oído hablar de ella, y está muy protegida. Son apenas las cinco de la tarde, y es sol está próximo a esconderse no por el horizonte, si no por la otra arista, la que da al sur. La de Furggen. Estamos solos en este lugar.
El helicóptero ha pasado hace cinco minutos, siguiendo toda la arista , tan cerca , que se ve la cara de los pilotos. La temperatura se cae de repente, y ese hilo de agua que queríamos aprovechar... se congela. El frío muerde con fuerza. Dentro no se está mucho mejor.  No tendremos agua, hasta que  derrita el sol, y me ha anochecido muy pronto.



Un guía nos increpa, cuando todavía tenemos las legañas puestas.
Otro se muestra muy amable. Detrás viene quien se quedó abajo. El guía amable a dejado que le siga. En dos horas, han completado un recorrido que nos llevó cuatro y media. Ahora somos tres. Dos no piensan, no hablan, solo se mueven .
La norte acojona.
 Cae a pico desde los diversos sitios en que nos podemos asomar. Una escalerilla metálica a modo de estribos, hace más fácil el paso . Entramos en la rampa final de la norte. Hay que poner crampones.  Las colas de cerdo, ayudan a asegurar. La respiración, se agita, será la emoción. El suelo está duro, hay que tener cuidado. Clavar bien los crampones. Por aquí se cayeron los pioneros. Un santo de metal, nos sale al paso. San Cervino ?  San Matterhorn ?  San ?
Unos pasos más, y estamos en la cumbre Suiza. Que emoción. Que temblores de felicidad, pero quiero llegar a la cruz, a la cima Italiana. El filo de cuchillo que se extiende ante mis ojos, acojona más todavía que toda la ascensión. En algún punto, no tiene más de medio metro de anchura, y a los lados, cae toda la montaña. Son las 11 de la mañana. El espectáculo que se extiende a mi alrededor, impresiona. Nada hay  por encima de mis ojos.
145 años, 2 meses y 7 días mas tarde que la cordada de Whimper.
El sueño se ha hecho realidad.





La mitad, está echa. Ahora es cuando me acojono de verdad. Subir es muy fácil. Bajar ... 
Comienzo a asegurar a mis compañeros.
Un largo de cuerda, ellos paran, y  destrepo.
Un largo de cuerda, ellos paran y destrepo, 
Un largo de cuerda, ellos paran y destrepo... así durante doce horas. Siete horas de escalada ascendente, y doce de descenso.
 La garganta apenas puede emitir sonidos. Está hinchada por la deshidratación. Un batido de chocolate ha sido el único líquido que ha caído por ella, desde ayer a las cinco de la tarde. Aprovecho los aseguramientos, para apoyar la botella en alguna gota que resbala por la piedra, y recoger agua. El ansia puede más, y cuando hay dos gotas, me las bebo.


1200 m de desnivel descendente, y la noche nos pilla antes del final. Hacia las 9 de la noche, ya en el buen camino, encontramos a una cordada alemana. Les invitamos a acompañarnos hasta abajo, pero declinan la invitación. Aparecieron a las tres de la mañana.
 Hacia las 11 de la noche, entramos en la parte libre del refugio de Hornlï, y nos embutimos en los sacos. Estoy destrozado. Solamente quiero dormir, pero mi cabeza esta en abullición. Repaso los momentos de los últimos dos días, la subida y la bajada. Al cerrar los ojos vuelvo a ver los cien mil momentos de este sueño. Estoy satisfecho. Estoy contento, de haberlo subido, y haberlo bajado, de poder contarlo. Soy feliz. Y de repente me pregunto... - ¿ Y ahora ?

PICO DE OTAL 2701 m.



Con la cabeza cruzada, sin tenerlo muy claro.  
Con el acojono todavía metido en el cuerpo, después de una rara experiencia un par de fines de semana anteriores... De nuevo nos ponemos en marcha, para una nueva experiencia invernal... 
Seguir andando para seguir aprendiendo.
Tenemos propuesto el Pico de Otal, desde Bujaruelo. 
Los fantasmas del pasado reciente, siguen revoloteando en mi cabeza.
La cuesta comienza descomunal, tapizada de hojas caídas... como en otoño, pero en invierno, y muy, muy tiesa...   El frontal nos engaña en la perspectiva, las referencias son nulas, y todo esto lo sabremos a la bajada, cuando la luz del día este orgullosa de ser día.   Ascendemos por esta senda, escoltados por arboles, de esos que no te dejan ver el bosque. 
 Un poco más allí, todo está oscuro.  A duras penas vemos la punta de las botas, escondidas en el suelo, y vamos ganando metros.
Por fin se cuela entre las copas, una luz difusa... apagamos las luces artificiales, y adaptamos los ojos a lo que va a  ser un nuevo día, radiante nuevo día. Ya el bosque vamos dejando abajo, entrando en las distintas nieves caídas, y están como el mármol. Es buen momento para calzarnos los crampones. Creo que esta es una de las pocas veces, que nos los calzamos cuando lo tenemos que hacer, no más tarde, como siempre. Apenas muerden los dientes. Está como el cemento.  La huella está vagamente definida, y la seguimos con ganas, hasta que se sube por un contrafuerte con fuerte pendiente. No sé a quien se le ocurre pensar, que hay que seguir por el fondo de este valle suspendido. No hay huella, pero parece ser que la mente más clara dirige al resto del grupo, hacia ese collado que se ve muy lejos y muy alto, allí al fondo.
En el intento de ver esa huella por donde sube, por donde " anda"... me quedo solo. 
No atienden ni a los gritos, ni a los pitidos del silbato mochilero. Estamos separados `por unos cientos de metros, de desnivel, y de distancia. Como los caminos son casi paralelos, relajo. No me apetece volver a bajar para volver a subir.
Es en este momento, cuando ante la vista de lo que tengo delante, interiorizo conmigo mismo. 





Todos mis sentidos, se agudizan... saboreo el aire que corretea a mi alrededor, el olor a nieve, el tacto del sol, el gusto del caminar, el reflejo del sol en la nieve achina mis ojos, el sonido de los pinchos en la huella, la grandeza del paisaje, y me lo voy comiendo solo, acompañado de mis pensamientos. En contadas ocasiones, veo a mis compañeros, ellos siguen allí abajo, apenas ganando altura, y cuento, 1,2,3... están todos....



Llego a la pala final, y hago una parada. Como, bebo, y espero..... 10 minutos, 20 minutos, media hora... y no llegan. Un contrafuerte a mis pies, me impide verlos, pero sé que por ahí vienen, y vuelvo mis pasos hacia la pendiente. No existe huella, ahora hay que fabricarla, y pongo en marcha esa fábrica, y comienzo a clavar las puntas de mis crampones, en una sucesión de escalones, hacia arriba.
Esto se empina cada vez más... Zetas para hacer el ascenso más agradable, escaleras cuando el piso está más duro, y piensa en los que vienen debajo, traza bien la huella, para que sea accesible a todos, que no pueda existir un error, que nadie se caiga...




Apenas diez metros nos separan de la cima. Apenas diez metros, en los que una cornisa cuelga al desnivel de una larga canal, que te baja de repente un buen montón de metros. De nuevo el fantasma de la excursión pasada se mete en mi cabeza. De aquí no pasamos, y organizamos un debate de pros y contras. Andando, andando, vamos aprendiendo, y algo parece que aprendemos de montañismo invernal. Todos los comentarios coinciden. La cornisa puede ser en este caso una ratonera. Bajamos.. Bien. Decisión unánime. Bien. Despacio salimos de esta arista afilada, y con tiento bajamos. Paso a paso, sin prisa. Los miedos parece que se van quedando arriba, y el buen hacer, baja con nosotros.




Felicidad.... Hoy es el día de los sentidos, armonía, tranquilidad... Vamos perdiendo altura, ahora si, todos por la huella … ¿ la de verdad ?... ¿ cual era la buena ?. No importa.