Esta es una de esas excursiones, en las que el medio justifica el fin.
La montaña, me daba un poco igual. Poco me importaba que sea una de las siete cumbres. No están entre mis proyectos, además me parecía bastante fea. Para mi, el fin era Moscú . Pasearme por su plaza roja.
Que me voy de expedición.
Muchas horas nos separaron del destino, mas de 40, entre vuelos, esperas ,embarques...pero llegamos al destino, eso si.... destrozados.
Pero las ganas de monte, no quitan una cosa para poner la otra, así que la aclimatación la hacemos en el Malj Cheget, un 3700 . El malrollismo visceral , comienza a pico y pala . Algunos lo comienzan a ver. Otros como quien oye llover. Ni se enteran.
Pero se supone que el tema principal, es la montaña, y el turismo, así que en eso vamos gastando las horas.
Ahora vamos a intentar el Elbrus, que para eso hemos venido. El telesilla cutre nos sube hasta Barrels (3750 m. ). Un refugio construido con cisternas de camión ruso. Alojamiento para cuatro personas. Comodidad y ambiente suiza, entre toneladas de mierda alrededor. Subimos desde aquí hacia las Pashtukova Rocks, mas o menos hasta los 4000 para aclimatar. Alguno, sube andando, sin telesilla. La montaña para el que se la trabaja.
Los Ratrack, ( pisapistas )suben y bajan llenos de clientes. Suben hasta los cincomil, y vomitan un montón de " alpinistas" camino hacia la cima. ¡¡ Mira !!, aquí no pasamos ninguno envidia...
Apuramos el día, y volvemos a pasar la noche a Barrels. Quien subió andando, llegó incluso más arriba que nosotros. !!! Toma ¡¡¡
Diesel Hut ( 4100 m. ) Desde aquí mañana intentaremos esta fea montaña. La verdad es que no me pone nada, pero bueno, como ya he dicho esta vez el fin justifica los medios. Madrugamos, no recuerdo a que hora, pero se que madrugué, o quizá no llegué a dormir... Sé que antes de entrar al refugio , nevaba con mucho viento. Creo que hacia la 1 comenzamos a andar. Hacía frío, mucho frío, pero por lo menos el tiempo estaba calmado. La noche despejada. Y así, sin referencias, como tantas otras veces antes y después, nos entretuvimos en seguir el circulito de luz delante de los pies. Recuerdo que cogí mi paso a la cabeza del grupo, y sin mirar atrás, ya que no hay grietas, ni peligros objetivos, un pie delante de otro, hasta que me aburrí. Y es cierto que me aburrí. Una pala de nieve inmensamente grande, sin un solo obstáculo , solo nieve, nieve... ¿que esperabas ?
El viento hizo aparición, y no sé como, la cremallera de mi plumas, se rompió. ¡ Mierda !
El frío comenzó a colarse , y la ajusté como pude, y volví a cerrar la huida del calor. Tenía que llevar los brazos cruzados para que no se abriera.
El amanecer, me pilló un poco antes de la silla, que es el valle que queda entre las dos cimas. Apenas 150 m. por debajo de la cima.
Paro, y veo quien viene detrás pisándome los talones. Hablamos entre el frío y el viento.
- Paso de este puto monte...
- Lo que tu digas...
- Quédate un poco a esperar... los demás no pueden tardar...
- Me bajo contigo...
Al quitarse las gafas de ventisca, veo que tiene edema facial, la cara hinchada, por efecto de la altura. Ya hemos pasado de los 5500. Es su primera vez en altura.
Me doy la vuelta, y me voy para abajo. Me sigue. Le digo que cuando nos juntemos con el resto, que vuelva hacia arriba, y enseguida, nos juntamos con los demás. Uno, ni tan siquiera saludó. Otro, ni siquiera levantó la mirada de la punta de sus pies. Quien pagó dos expediciones, nos anima a darnos la vuelta y seguir hacia arriba, y si no, ¡¡ mañana lo volvemos a intentar !! y subo con vosotros.... la verdad es que es una persona muy fuerte, y con muchos más valores alpinísticos, que casi todos los que estamos.... Ahora veréis.
Sigo en mis trece, y me bajo acompañado. El primero que ha pasado, ha continuado hasta la cima, de la que distábamos algo menos de una hora, ha tocado cumbre, y ha comenzado a bajar.
El más fuerte, ha tenido que subir a los otros dos hasta la cima, casi a rastras a uno de ellos, el otro se ha sentado en la cima, y ha dicho que ya no podía más.... marrón.
Uno fuerte, y casi dos cadáveres ... Marronazo.
Algún gel, agua, chocolate, mucha paciencia, y ánimos para poder mover al resto de la expedición, y comenzar a bajar.
No hubo mayores historias, todos llegaron a su objetivo. unos hasta la cima, y otros no. Nadie puso en duda donde estaba la cima de cada uno.
Al llegar al hotel la cama los acogió durante dos días enteros. Muchas pastillas y geles para poder llegar arriba, habían hecho mella en sus cuerpos.
Una cima no vale ningún precio. Si,es bonito, es la guinda del pastel, pero si me va a costar algo...
Y por fin, mi cima. Moscú. Como disfruté de los dos días que estuve allí. Lo mejor de la expedición, con muchísima diferencia.
A mucha de la gente que vino, no los ha vuelto a ver. Otros salieron de mi vida, con el resto sigo manteniendo camaradería, y con alguien más comparto día a día.
Muchas cosas se aprenden de expedición.
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