PICO DE LA SOBA 2624m. La letra con sangre entra.



Da la casualidad,o el karma, que la imagen miente.   No es el objetivo que busco.   Está más atrás.
Pero realmente es  lo que menos importa en este momento.   Voy a jugar a ser alpinista.

 De cero a diez, el nivel quizás no llegue a cinco, pero las ganas, no siempre pueden con todo.   Se que la fuerza de una cadena, es la fuerza del eslabón mas débil.
 Ante un paisaje nevado, me crezco, y aunque solamente tengo que andar, el piso me puede dar malas jugadas.   O no.   Alpinista de andar, en llano.   Confío en mis posibilidades, y sobre todo confío en el "experto", en el que nunca se cae, en el que hace y dice más, pero y si ese falla ?
Conozco las técnicas de marcha, salto riachuelos, tengo un material de primera...   Para andar con el club, ya vale, es hasta demasiado, pero el hábito no hace al monje, y menos en la montaña.
Juego en las laderas, con los distintos colores de la nieve, y descubro su dureza, precisamente con esos colores.   De la nieve en polvo, hasta el hielo más duro, se me va revelando ante el tacto de las botas.
Las herramientas de mano, vienen sin instrucciones, pero ya he visto miles de veces como se usan.
Las herramientas de pies, vienen sin instrucciones, pero ya he visto miles de veces como se usan.
Entre los árboles, me muevo como pez en el agua... entre rocas me muevo como sarrio, en una pala tiesa de nieve.... quizás como un trineo.




Si de mi depende, hasta que no consiga la cima, no vuelvo la cabeza, ni para mirar el paisaje... y por supuesto ya sé que mis compañeros vienen detrás de mi, a un paso de distancia.   No necesito verlos. se que vienen a mi mismo ritmo.   Si hace viento y las condiciones cambian, que más da, sigo mi camino. 
 Debajo de la manta de nieve, hay hielo, y eso no me lo han contado.   O si.   Los crampones necesitan su técnica, pero he aprendido a andar andando, y tampoco es tan difícil.   No consigo clavar todas las puntas en esta pala tan tiesa, pero no aprendo la técnica de puntas frontales, ni los pies de pato.   Que mas da llevar uno o dos piolets, no se usarlos, bueno si, como bastón, y con eso he llegado a todos los sitios que me he propuesto... claro que no he salido de las montañas de mi pueblo, ni por supuesto de los pirineos.   Quedan bien los piolets puestos en la mochila, me dan caché cuando adelanto o me cruzo con algún " dominguero".  La montaña se  va descubriendo, a medida que me acerco a ella.   En cada curva, me cuenta como es, y me adapto.   Incluso soy capaz de dar volteretas sin control, de deslizarme por sus laderas sin quererlo, y sin saber donde voy a ser capaz de parar... quizás en la vaguada amable, quizás en ese montón de rocas, quizás al pie de ese cortado, después de haber volado hasta su base...   O no.   O si.



Una excursión como tantas otras.   Una buena calcetinada por la nieve.   Desde La Sarra, siguiendo el camino de Respomuso, y cambiando el rumbo hacia los Arrieles.   Una manta de nieve inmensa, bastante dura, muy buena para andar, y los crampones los ponemos veinte minutos después de lo que hubiese sido lógico.   Un crampón que se sale, y se vuelve a ajustar.   Un grupo que se distancia del resto, y un miembro del grupo que decide darse la vuelta.   ¿ Falta de forma física ? 
El hielo aparece a intervalos, en la superficie, es visible, y se puede esquivar.   Pero esta escondido bajo la manta, a tan solo unos centímetros, o a bastante más distancia, pero hace que la técnica de cramponeo, tenga que ser bastante buena.   Después de tres  caídas, con autodetención incluida, quizás es momento de pararse a pensar, que igual hace falta algo más que ganas.
La cima se nos antoja como a una hora por la aristilla.   El viento ha hecho aparición.   Algún pequeño incidente sin " importancia ", a dejado a algunos abajo, a darse la vuelta, otros no saben... la mayoría manda, no la sensatez.   Después del debate, el camino de vuelta está pisado....
 -  ¡¡ Cuidado como ponéis los pies... preparad la autodetención, todos sabéis hacerla...o no.
Y un mal paso, casi trae la tragedia.   El karma ha decidido ponernos los pelos de punta, pero también ha sido benévolo.   Las primeras rocas, se saltan en una pirueta imposible, donde los dos piolets se quedan arriba, en el camino, las rocas que esperaban después, se esquivan por el centro, y por fin, la vaguada amable, recoge el cuerpo apalizado.   Los otros, se quedan helados... 
- ¡¡ joder, joder, joder... !!!
Pero los tacos no paran al desenfrenado...
Incidente, anécdota, susto, queda para el recuerdo el momento vivido.   El aprendizaje no tiene por que ser tan duro.
El resto ya transcurre sin problemas. Se extreman las precauciones, sin más...
La lección creo que se ha aprendido... hay que estudiar más.








CORREDOR ABRAXAS. MD 80º 600M. EL PABELLON.



Con la calma, salimos del parking. Una aproximación de tres horas nos queda por delante, pero eso no lo sabemos. Karlos se ha unido al equipo. Somos 4. Haremos dos cordadas. La pista la dejamos, correteamos por los mil caminitos alternativos a la pista, y el recorrido es un sube y baja constante. La nieve que encontramos está dura como el cemento. A lo lejos, en los conos de entrada a los distintos corredores, La gran diagonal, Mª José Aller, Maribel, etc, etc, se ven autenticas romerías de romeros con ansias de subir por sus paredes. Vamos más lejos, hasta el Pabellón, casi al fondo. Encontramos dos cordadas en el Mª Luisa, otro clásico de la sierra de la Partacúa. Aún un poco más lejos. Corredor Abraxas... al parecer de incierta formación, y hoy en condiciones más que aceptables.
Hielo escondido, hielo pirenaico, nieve prensada, nieve corcho... todos estos adjetivos oigo en unos segundos... todos referentes al estado de condiciones del corredor. Unos 600 m. nos separan de la salida, así es que nos vestimos para la fiesta. Karlos arranca el primer largo, y no llega al arbolito de la reunión, se apalanca en un trozo de roca, donde llega en travesía, y monta una reunión, que no se yo...
 Ramón sale a echarle una mano, y se queda colgado de un clavo, en un lugar difícil, y paciencia, que sale Luis, segundo de la cordada de Karlos, para intentar llegar a una reunión mejor, y cuerdas para aquí, cuerdas para allí, en un momento, se forma montonera, y el roce y la zeta, a alguno le impiden moverse. Yo si que me muevo en el suelo,... el frío va entrando en mi cuerpo.




Orden y concierto al cabo de un rato. Mi hermano de cuerda, esta en la reunión buena, salgo de segundo, recogiendo el material de los que me preceden, escalo agusto, esta nieve prensada se deja pinchar, no te pases con la pegada, que pierdes el piolet en el agujero, escala tranquilo, que ya llegarás. Al pasar por la reunión de mi primero, sigo hacia arriba, es otro resalte tieso, pero no es difícil, al menos no lo siento, ya que no puedo mirar hacia arriba. Si levanto la cara, todo lo que va recibiendo mi casco y mi capucha, entraría a formar parte de mis ojos, y ni con gafas evitas esta ducha helada de nieve polvo, ni estos chuzakos que me caen desde los pies de la cordada que sube delante.
Un corto resalte a 80, prácticamente desguazado por las temperaturas, frías, pero podrido, me saca a una campa.
- ¡¡ Monta algo !!
Pero que.... tan solo tengo tres tornillos... En la campa siguiente, intento triangular los tornillos... serrín, aire...no agarran...Los piolets clavados a muerte, ¿ dan la necesaria seguridad ? 
Ahora nos toca navegar por campas interminables, mas o menos tiesas, pero interminables. Ya han acabado las principales dificultades, y largo a largo, con algún seguro intermedio, nos van sacando de este callejón. 



Tan solo nos queda una travesía final, con un patio que quita el hipo, y saldremos al sol. Ahora solo queda comer, beber, y bajar. Bajamos por la canal de Pacines, hasta llegar al largo superior de la cascada Silvia. Un par de rápeles, nos dejarán en el suelo, y de aquí a la pista, donde nos queda otro pateo hasta el coche. La noche se nos cae encima. Vemos el amanecer de la luna, en el último tercio del camino. Antes, como farolillos colgados en la noche, nos dicen que a alguien se le ha echo de noche en los corredores. Más de veinte frontales contamos por allí arriba.
Una bonita actividad, en un rincón casi olvidado del pirineo, donde nos lo hemos pasado de primera. Otra experiencia a la mochila. Llegarán más, lo sé, en este invierno. Ya estoy afilando otra vez los piolets.






ECRINS. Le Y, Rose Cervical,Le Chalp Rondé,Ancrage de Dent, L´tubé.



Hay días... y hay días. Hay días en que te sientes campeón, y hay días. Hay días en que la suerte está de cara, y hay días en que te envuelven tus lados más oscuros. Casi dos años sin pinchar hielo, me hacían desearlo. Pero la cabeza, también tiene sus días. Me marcho a Ecrins, una vez más. Esta vez hago el viaje solo, los amigos, compañeros, hermanos de cuerda, llegan mañana. Disfruto de la soledad del viaje, con la música a todo volumen. Voy a triunfar seguro. Mi gran baza, son los que llegan mañana. Luís y Ramón. Otra vez juntos, otra vez agusto. Una vez más. Los tres Mosqueteros.
El reencuentro, es como si nos hubiéramos visto ayer. Nos organizamos en la casa... perdida en el corazón de los alpes, San Marcellin.
Unas pocas horas de descanso al viaje, nos dan fuerzas para comenzar las actividades. Ceillac nunca defrauda, a pesar de haber caído hace unos días una nevada de las que impresionan. Todo quedó blanco, en silencio amortiguado. Ceillac nunca defrauda, y por supuesto, LE Y, BRANCHE DROITE está casi en condiciones. Los resaltes distintos de todas las otras veces, por que ya van, cerca de veinte ascensiones por esta cascada, la puta Y. Tantas veces recorrida... y que me da el puntito que me hacía falta de ganas, de intentar otras ascensiones.



Está justita. El primer resalte es una campa de nieve. Se deja pinchar. Nos vamos por la derecha, y el siguiente resalte, un poco más tieso, también se deja fácil. Todo el mundo se baja desde aquí. Pero seguimos caminando hacia arriba, y el último resalte, el que nos habían dicho que no se podía hacer, lo tuvimos que desenterrar de nieve, y el hielo estaba debajo... a unos treinta centímetros. Pero estaba. No va a haber hielo ??
La bajada rapelando la vía, fue lo único que nos faltaba por hacer en ella.
Hay más días que sandías, y al siguiente, seguimos con la marcha, otros compañeros nos chivan de las condiciones por otros valles, y para allí que nos vamos.
ROSE CERVICAL, nos ofrece un gran planchón de hielo, y solamente hacemos su primer largo, el resto está enterrado por la nieve, pero le damos veintemil pegues por todos los lados.




Un día mas tarde, la alucinación, o la enfermedad del hielo, hizo ver a uno de los tres mosqueteros, un tubo de hielo, allí donde nunca antes  había existido, y como chacales hambrientos, nos fuimos a buscarlo.... Horas de paso apresurado en raquetas, y una muy entretenida entrada a un barranco lleno de merengues de nieve, que se deshacían a nuestro paso, en busca del hielo inédito, en busca de algo que solo existió por un momento, en la imaginación, o en la alucinación, o en la falsa realidad que nunca se nos reveló, y nos hizo dedicar un día a la búsqueda de un fantasma de hielo.
LE CHALP RONDÉ, Un bonito velo de novia, desparramado en un rincón de la montaña. Una formación no siempre en condiciones de ser escalada, y que hoy, tras el fiasco de ayer, nos permiten pincharla a placer. También primer largo, pero ya nos estamos metiendo en terreno vertical, donde los brazos y los gemelos, se tensan, para disfrutar de cada centímetro de hielo ascendido. Los seguros son fiables, y aún y todo, no les dejamos trabajar, subimos tranquilos, seguros de nuestros movimientos, tantas veces ensayados, en los días precedentes, y en los años que ya quedaron en el recuerdo




 Y descubrí Cervieres. Un valle, al fondo de un valle. El lugar donde se fabrica el frío. Dicen mis mosqueteros, que aquí nacieron la Heidi, su abuelo, el papa Noel, y la de Frozen.... La temperatura hace tiempo que dejó de tener calor, el agua que corre por el riachuelo a los pies de la pared, lo hace a duras penas, entre el tapiz de nieve blanca e inmaculada... Tan solo un rastro de huella, rompe la pureza blanca, y este rastro te lleva a una pequeña pared, de unos cuarenta metros de altura, donde desde su ático, el agua caía, y de durmió. Y se quedó dormida en una postura, que es la que venimos buscando, cortinas de agua helada, tubos de agua helada, que dan unas formaciones maravillosas.

                                                                            

 Aquí viven unas de las cascadas más famosas de la zona, ANCRAGE DU DENT,
 y el fabuloso L´TUBÉ. Aquí la dificultad, se va haciendo mucho mas notable, la primera es un WI5, y la segunda sube hasta un WI6.
Quiero medirme con ambas, pero no a fuerza, si no a técnica. Luís coloca la cuerda por arriba en la primera, y con la seguridad me enfrento, colocación de pies... pegada con el brazo, y que sea la justa para no romper demasiado este lienzo, recolocar los pies, y darte cuenta que ya tienes un metro mas de distancia al suelo.. y seguir progresando a placer, hasta que con la punta de los dedos, tocas la reunión, y te toca bajar y volver a la realidad. Y lo vuelvo a intentar, y los tres pasamos un largo y agradable rato, subiendo y bajando.
Pero a unos pocos metros, esperando , tieso, muy tieso, desplomado en su primera sección , erecto en  su totalidad, y apoyado en su final, con un pie bien sujeto en el suelo, este cigarro de hielo, se muestra muy alto. El guía nos dice que mejor que usemos su cuerda para escalarlo, perdón, para subirlo. Y le hacemos caso. Cuando es mi turno, me acerco casi con miedo. Se que voy a ir seguro, pero al mirar hacia arriba desde su base, apenas veo el cielo. Tan enorme es la mole de hielo que tengo pegada  casi en mi pecho. Levanto un brazo, y le doy un ligero golpe con el piolet, y el metal, entra con facilidad. El otro piolet, hace lo mismo, y en el momento que clavo las puntas frontales de mis crampones, se que esto va a ser una fiesta, dura pero una fiesta. Tiro de las empuñaduras, y me elevo, repito las acciones, y me elevo, y así, sin tregua, sin prisa, sin pausa, hacia el cielo que ahora se deja ver cuando miro hacia arriba. Los brazos gimen, lloran, el lactato se apodera de los músculos, pero no das tregua, paras, colocas la postura, y te sueltas para descansar, un brazo, el otro brazo, y la técnica funciona, el entrenamiento también, y las ganas de ver que hay un poco más arriba, te llevan en volandas. He sido capaz de subir, que no de escalar, un grado 6. Mucho más de lo que había imaginado en mis mejores sueños, y el sueño ya es una realidad.


ARISTA DE TXINDOKI




La última del año.... 
Queremos juntar a la mayor cantidad de socios a la excursión del fin de semana... pero ni prometiendo cervezas...
Unos pocos, que no los mismos, aunque casi,  se animan a ver que va ha hacer de tiempo por el piri. El riesgo de avalanchas es elevado ,el cielo al parecer también se va a caer, y no vamos a poner falta.
Plan B.
Algo cerca de casa, por que dan mejor tiempo.
Esto es demasiado fácil, hay que mover a la gente con el manejo de cuerdas... esto está muy lejos, mejor más cerca, 
- te gusta esta?... y que te parece esta? 
-Lo que digáis está bien
Objetivo conseguido. Planificar una ruta accesible a todos que no esa excesivamente complicada, que el tiempo esté asegurado, y podamos hacer en el día.
Arista Oeste del Txindoki.    AD IV+
A algunos les sudan las manos, a otros les acelera el pulso, a otros les da igual Arre que Oricain.



Saliendo de Larraitz con un café en el estómago, para intentar reconfortar el cuerpo, los verdes prados nos acercan hacia la cima, hasta que nos desviamos de la "normal ", y nos vamos a por la anormal. Vista desde aquí, impone, luego resulta que el perro no es tan fiero.... o sí.
El viento tiene ganas de jodernos el día... o por lo menos de intentarlo, y se ceba especialmente con algún@ que al parecer ha desayunado poco. Las cordadas naturales, se rompen. Hay que crear cordadas compensadas, nadie se puede bajar una vez empezada la arista. Puede ser complicado.
Se visten de escaladores, y avanzan con lenta firmeza... mis tortugas...y el embudo se forma, como un chicle... estirando y encogiendo las cordadas, avanzando, y merendando en las reuniones... no intentes correr que por aquí no pasamos los dos...y el aire, cada vez mas fuerte se quiere llevar las cuerdas...a no sé donde.



Unos 30 metros de cuerda, no son suficientes para avanzar a buen ritmo, imposible comunicarse con nadie a gritos... el móvil aún funciona...
- Empalmar largos de dos en dos... hay que salir de aquí... mis tortugas... darle caña...vamos a bajar de noche a este paso...
Las dificultades no son tal, la cabeza es la que mas pegas pone, el ambiente a los lados, es precioso, y el viento se calma... la propia arista sirve de paravientos... - que agusto se está ahora...-
Llega el pasito peleón. Un mas o menos diedro de IV+, que resulta está completamente mojado... chorreando agua más bien. 
- Me quito las botas, me pongo los gatos... y como habitualmente escalo, y bastante más que eso, me lo meriendo... eso sí... hago alguna trampa, y salgo por arriba...
El resto de la cordada, hace lo que puede para salir... pero la cuerda divina del cielo, libera la cabeza.
Siguiente cordada... los más altos, llegan a muchos más sitios donde poder cogerse... y pasan... no van a pasar ?
Inventando peldaños , así pasamos los otros, mirando al valle colgados como chorizos, apretando bien los dientes.




Todos pasamos, de formas mas o menos variadas...y seguimos estas escaleras al cielo...ya todo es más fácil, un paseo, no te despistes, pero un paseo. Y la cima nos acoge, con algo menos de viento, y la aprovechamos para nosotros solos... disfrutando del paisaje, que se extiende desde la montaña hasta el mar.
 La bajada nos daría alguna sorpresa, y bailamos como pudimos el resbaladizo barro, la lavadora se encargará del resto, y así pasamos la mañana, en este tumbao, en buena camaradería, al compás de las risas, y en un ambiente de montico, que para alguien, fue el viote de su vida.
Al final, hubo cervezas. Las prometidas.

PICO CULIVILLAS. Cara noreste, Le Jeu de Vaut la Candelle, 350m.MD 85º M5



¡¡¡¡  ALPINISMO !!!!!

Que ganas tenía de volver a empezar con esto del alpinismo. Aunque sea por una ruta trillada, en la que no exploras, por que muchos otros han pasado antes que tú. En la que las condiciones meteorológicas, las conoces con antelación, y la ruta está más o menos marcada, pero como es mi primera vez , en este pico , y en esta ruta, para mi todo es nuevo.
Quiero reivindicar en esta página, eso, el alpinismo. Cada vez hay menos gente dispuesta a madrugar un montón, para estar a pie de vía a la hora de amanecer, a pegarse varias horas de aproximación, con la mochila gorda, llena de hierros y cuerdas, a patear nieve en unos casos como el cemento, y en otros como el merengue, a esquivar lo que tu compañero te vaya tirando desde arriba, por que se está buscando la vida, para poder pasar ese tramo que está peleón, a pasar frío en las reuniones, por que el compañero en ese paso peleón, se queda atascado. No son caminos "normales" los que se utilizan, y alguno al llegar a la cima, si todo ha ido bien, te mira como diciendo... - ¿ de donde salen estos marcianos ?   A darte palizas de 10, 12 ó 16 horas de actividad continuada... Para mí, eso es vida, eso es alpinismo, barato, pero alpinismo.
El Culivillas, lo tenía visto, pero nunca antes había intentado ninguna de sus caras, y hoy me toca, además por una vía elegante.




Pequeños resaltes de hielo pirenaico, más o menos tiesos, es lo que nos va a tocar .
Karlos, arranca en el primer largo.   Un pequeño resalte de un par de metros, con hielo aceptable, que dan acceso a una campa de unos 60º, hasta llegar a la reunión.   De esta reunión, protegida con un par de clavos, se tuvieron que bajar mis compañeros hace unos años, por que la roca estaba seca y quebradiza, y ese día no tenían ganas de matarse.
Ramón sube el último, y le toca ponerse de primero de cuerda.  Para él es el largo más disfrutón de la vía, un tubito de hielo, sin estar del todo formado, pero se deja pasar, más vertical, y más largo que el anterior, pero con la misma calidad de hielo. Otra tirada de 60 m. hasta otra reunión, en la que todo pende de un pico de roca.




Por fin me toca a mí.  El más flojo de los tres. Una campa de unos 70º con nieve cemento.  Aquí dejo el resuello, y entro en calor hasta sudar como un pollo, y me toca la reunión más creativa de todas, en una roca hojaldre, donde los Friends, parece que le tienen alergia a la roca, patinan en sus fisuras, y la rompen. Todo queda a cañón, después de meter un buen fisurero.  El resto de la cordada, vienen cantando por esta rampa.



¿Una goulotte, para terminar las dificultades ?
Nieve mas merengue, menos hielo, roca frágil, que te hace tirar en dry tooling, agarrado solo con las puntas de los piolets, en alguna fisura que no quiere romperse, y arañando con las puntas de los crampones, algún pequeño resalte de roca, para superar este paso. Un mixto muy bueno.




Una corta travesía, nos dejará en la aristilla de salida, de camino a la cumbre.  La niebla del lado francés, nos regala unas vistas impresionantes de los picos de alrededor, y nos permite disfrutar del sol.  Estamos solos en la cima.  Las huellas de esta, nos indican que ha pasado y pisado gente hoy esta atalaya tan chula.  Solamente hemos hecho la mitad del monte, queda la otra mitad, y tenemos que bajar hacia la entrada de la vía.  Las mochilas se han quedado abajo, así es que descendemos hacia el otro lado, por la arista de subida "normal", y cruzamos toda la cara sur, hasta el collado con el Arroyeras, y de aquí, volvemos al punto de partida.  En la sombría cara noreste, la nieve sigue dura como el cemento, pero ya solo nos queda desandar las huellas de subida, y volveremos a la algarabía de la estación de esquí, de donde saldremos huyendo, antes de que a los esquiadores, les de por volver a casa todos a la vez.








PIRINEOS CON FRONTERAS 300m. 6b+ (6a obl)



Las cosas se van liando, se van liando... quedo con Asier y Roberto, para ir a escalar esta vía, y me llama Luis, que tiene libre, y quiere escalar..... Después el Habichuelas, que le apetece hacer una escapada a roca.... y se van liando, y yo que soy un flojo, me dejo liar... y pasa lo que pasa, de la idea original, no queda mas que la vía.
Hago cordada con Luis y el Habi.  Asier y Rober, hacen la otra...Agusto.
La mañana amanece despejada, y fría, muy fría.... Desayunamos de tranki… y esperamos, hasta que  le pegue un poco el sol a esta cara del Pic d´estremere.
La aproximación, es corta, apenas 20 minutos, y de cerca se muestra interesante. La vía arranca en el primer espolón de roca que te encuentras.
Vamos con ganas, y la otra cordada nos deja que despeguemos del suelo, tranquilamente tirados al sol fresco de la mañana.





Los dedos se agarrotan al sentir el frío de la roca, es una sensación conocida, pero no deja de ser incómoda, y el aislante de goma del calzado, hace lo mismo con los pies.  El plumas no tapa todo el cuerpo. Vamos desentumeciendo el cuerpo, sacando el frío, entrando en calor, mientras nos agarramos a la fría roca, como camaleones a la rama, midiendo los pasos, y asegurando los movimientos.
La vía esta muy bien chapada, y una vez que entramos al sol, la cosa cambia. Ahora si se disfruta . Los pliegues de la roca, nos van llevando casi como en volandas, pero no te fíes. En un paso de travesía fácil, cuando un canto se rompe, el cielo se llena de plumones...vuelo que te pegas, dando con tus huesos en la roca, rajando la manga del plumífero, dejando que su contenido se lo lleve el aire, y en la reunión, se queda uno con cara de tonto, y piensa.... si este trozo es muy fácil....pero no has tenido en cuenta que la roca, que la montaña no piensa como tú... que va a su bola, y te regala con un susto, donde bajaste la guardia, por que era muy fácil.




6a+ - V+ - 6b/6b+ - IV+ - V - 6b+ - V+ - IV - III - V     Con esta secuencia, hemos tumbado los 300 m. de la vía, y al sol de la cima, descansamos un rato, hasta que un ligero viento cortante, nos saca de la ensimismación, del placer, del agusto que se está aquí....Y girando a la derecha de la cima, buscamos los corredores de bajada, o la ancha pala un poco más todavía, a la derecha.




LA AUTÉNTICA.150m.6C RISCO DEL MORRÓN, LA PUEBLA DE ARENOSO, MONTANEJOS.



El cielo se cae por media península, y me avisan que en Montanejos, no se cae ,que permanece en su sitio.   Luis, Ramón y un servidor, se tragan un montón de km, para poder escalar.   Llegamos ya de noche, a uno de los chozos que tienen controlados esta pareja.   Un atrio de iglesia, silencioso, barrido y a cubierto, es buen lugar para pasar la noche.   Cenamos tranquilamente las comandas que hemos traído de casa, instalamos las esterillas, y nos embutimos en los sacos, esperando abrir los ojos a un nuevo día.   Y como estaba previsto, los abrimos y el día está ya lleno de luz.   Unos cafés, con madalenas, con porrich, con lo acostumbrado, para regenerar las fuerzas, y enfrentarnos a lo que hemos venido buscando.



Un corto paseo en coche, hasta la presa del embalse de Arenoso, donde aparcamos, y unos 40 minutos más, nos dejan debajo del Morrón.   Esta será la segunda vía que escale en este fantástico lugar.   La Clandestino hace ya por lo menos tres años. Camino bien marcado, cuerdas fijas a modo de pasamanos, nos van a transportar hasta la entrada de la Auténtica, marcada con una A, justo en el arranque.


La vía se pone fiera en el inicio, con un bloque desplomado, que a fuerza sale.   Es lo mejor para calentar, calentar a tope, en un paso, que no te pires, que puedes acabar muy cerca del suelo. 
No es que estuviera andando en bici, pero a fuerza de pedales, me consigo subir. y a partir de aquí, a disfrutar.... Luis y Ramón, se alternan de primeros de cuerda. Yo quiero disfrutar de la escalada, pero con la cabeza tranquila, y voy sacando los pasos, uno tras otro, cuando tengo que apretar aprieto, y cuando se deja acariciar, acaricio.




Que gozada de roca, que tacto, que agarre, que delicia jugar contra la gravedad, en este risco tan auténtico.  El bosque se va haciendo pequeñito... allí debajo, y las nubes, parecen llamar.
El paso de 6c se nos puso un poco gamba... costó descifrar la secuencia de movimientos de pies y manos, los agarres pequeños, los pies ¿ donde ?, y donde se abre una " puerta", otra se cierra, y el lío está resuelto. Que fácil de segundo, y de tercero, ni te cuento. Este era el punto complicado, y se ha quedado abajo, lo demás es más fácil, más disfrutón.


Y así, hasta conseguir llegar a la cima de este morrón. 150 m. de placer rocoso, 150 m. de risas cómplices, y 150 m. de disfrutar de un paisaje, que cada vez es más extenso. Y una vez en la cima, las fotos acostumbradas, y buscar el descenso. La línea de rápeles, esta a pocos metros, pero el viento hace inviable esta salida, hay que bajar a patas. La cuerda fija salvadora, nos indica de nuevo el camino. Un desprepe y un nuevo trepe, para salir al bosque ralo, donde un camino bien marcado, nos deja en una pista, que nos lleva a la carretera.  Ellos han vuelto a la base a por las mochilas, yo hago de serpa y bajo el material. en un rato, estaremos frente a una cerveza, y con hambre. Hambre de roca nuevamente.