ORI 2017 m.



Voy volviendo a esa "nueva normalidad", aprendiendo a moverme de nuevo. Aprendiendo a no pasarme de vueltas, cuando encaro el "parriba".
Todo cuesta, y más cuando ese " parriba", ha sido habitual, hacerlo, al 200%
Hasta que paras, por falta de aliento. Respiras y sigues.
 Ahora es lo mismo, pero con más cuidado, más despacio.
Sin pasarte de vueltas.
Como una vuelta a los inicios.
 Y en esos inicios, el Ori, fue uno de esos capítulos. Todavía no asomaba el bigote debajo de la nariz, cuando mis pequeñas botas, pisaron su cima. Hace..... pues eso, los inicios.
Y  parece que la historia se repite, en estos nuevos inicios...
Hasta el puerto de Larrau.
 Como entonces.
Tras pasar el túnel, desde el parking. Imagino que también aquella vez.
Hoy no es la ascensión de mi vida, como lo fue aquella, primer 2000....
Las botas de "material, el canguro, la mochila de lona, el bocata de la madre...
El trillado camino, el viento del norte, la "romería ".... y los " romeros "...




Todo es dominguerismo, unos con más experiencia que otros en este domingo de monte. No hacen falta equipos "espaciales" para este ascenso, pero se ve el efecto decatlon, el efecto calleja, y que como nos dejan salir, e ir al monte es lo mas seguro, pues todos al mismo sitio.
Nos soplamos en la oreja, hasta que el que va delante, se tiene que apartar... corremos para ser los primeros, y paramos de repente por que no podemos respirar.... me he vuelto un "neuras" con la movida del bitxo, y no me fío de nadie, así que me gusta guardar las distancias.... incluso en el monte, es difícil, nadie se aparta....



Ya todo ha pasado. Somos muy de apelotonarnos, de querer sacarnos la foto todos a la vez, desde el mismo ángulo, en el mismo sitio..... no hay más cima que la punta mas alta..... y la perspectiva apenas engaña.
Tocamos la cima de pasada, a un par de metros.... algunos dirán que no es cima... me la suda. En los comienzos, estaríamos apelotonados.... y sin foto, al menos no me acuerdo. Vuelves a rememorar y ves la realidad. Todo iba a cambiar, y nada ha cambiado. 
El Ori sigue aquí, los domingos siguen aquí, los domingueros seguimos aquí..... que suerte seguir aquí.



LÁKORA 1867 m. PUNTAL OLORÓN 1826 m.



¿Te das cuenta que la primavera este año, no la han puesto ni en esa tienda tan grande que la ponen todos los años antes de que se acabe el invierno?
Este año cambiamos  primavera por  pandemia.
He tenido suerte.... no me ha tocado de cerca. 
He tenido....otra cosa.
He tenido suerte.
Vamos aprobando exámenes, y nos dejan salir más rato, más lejos, con más gente.
 ¡¡¡ Que peligro !!!
Y poder aprovechar una escapada al piri...
No importa que sea a la miniatura del piri. 





Nunca antes me había dado cuenta, el placer que me da calzarme las botas . Embutir los pies entre el cuero...tirar de los cordones, y escuchar el siseo del cordón al enhebrar el nudo. Sentir esa presión.
Las piernas están como de madera. Son muchos días.
La cabeza funciona como un tiro. Está ansiosa.
Otras cosas, están como están.

Por la zona del puerto grande, dejamos el vehículo, en un lado de la carretera, y con unas zetas generosas, ganamos altura.
¿ Cuanto hace que lo subí la última vez ?
¿ Cuantas veces lo he subido?
No tantas, no te pases... y siempre desde la carretera.... unos 400 m. de desnivel, tampoco es para tanto.
Lakora.






Y antes era una cima tricéfala... tres cumbres, y ahora me entero que una de ellas, se la han dedicado, no se si oficialmente, o extraoficialmente, a Ángel Olorón.

(El Pamplonés Ángel Olorón López(1925-2005), fue uno de los montañeros emblemáticos de Navarra, por su labor divulgativa en libros, diarios y revistas, siempre unido al C.D. Navarra.)


Me siento bien. Fue mi vecino una temporada, y compartimos algunos caminos y cimas. Un saludo allí donde estés.

Y sigo comiendo despacio este caramelo que es la vida, y lo disfruto saboreo... y me sienta bien. 
El paisaje se extiende verde, es una gran alfombra verde, salpicada de cumbres, muchas conocidas, y otras olvidadas por quedar junto a las conocidas.




Así la cima "tricéfala" queda debajo de las botas, esas que tanto placer a dado ponérselas, después de tantos días de confinamiento, y estos, van quedando atrás, por que todavía podemos contarlo. A pesar de la otra cosa...

Hoy las cervezas serán de lata, que más da... son cervezas, aunque sean descafeinadas, son cervezas, y en compañía, saben más ricas. Y sabe rico juntarse con gente a la que le importas, y gente que te importa, después de tantos días. 





PICU URRIELLU- NARANJO DE BULNES. SUR Y CEPEDA. ESTANTERIA DEL RECUERDO 2006



09-10-06                   23.44 h.             




Dicen que estamos locos..... Pero que bonita es esta locura.


Desde la cima del Picu. 
Me quedaron bonitas estas palabras.
 Fue bonita la subida.

Llegamos al refugio el día 8. Antes nos comimos un bocata en Arenas de Cabrales, y después hasta Sotres. Nos equivocamos de camino, por supuesto, y dejamos el coche en las invernales del Texu, y con la mochila al hombro, a patear.
La putada es que media hora larga de pateo más tarde, por pista, te encuentras un aparcamiento lleno de coches. Después el collado Pandébano, y después de otro rato, el refu.
No nos dan cena, por que ya no son horas, pero como somos muy majos, si sobra nos dán.
Cenamos sopa y macarrones, un poco de salchichón de postre y al sobre. Que mañana tenemos lío.




CLÁSICA SUR 155m. V-


A las 7, arriba. Desayuno de tostadas, y café, y adelante. Canal de la Celada para sudar un poco.
 La norte, la este, y por fin la sur.  Somos los primeros y lo vamos a aprovechar.
Me acerco a la roca, apoyo mis manos y le pido al Picu, que nos permita subir y bajar.
Me preparo, y me voy a por el primer largo. V. Me gusta la roca, es muy adherente, y se progresa bien.  Es corto, pero es el más difícil de esta vía.
Jabitxu, abre el 2º de V-. Nos turnamos en cabeza de cuerda, y abro otro de IV, viene otro de IV- otro de IV+ y por el anfiteatro nos desencordamos. Son las 11.50 h. de la mañana.
Le tocamos la cabeza a la virgen, y un grito de satisfacción sale de dentro de mi. De alegría, de júbilo, creo que hasta de lujuria. 
No sé, casi se me saltan las lágrimas.
 No es lo más grande, pero me parece lo más grandioso que he hecho. 
Subir al Picu, al naranjo.



Después llega Erik, con una clienta. Es un guía muy majo, que nos ha ayudado indicándonos la vía.
Mensajes (SMS ), llamadas, chocolate, y para abajo. Rapelamos los cuatro de las cuatro cuerdas, y en dos rápeles de 60, estamos abajo.
Felices.
Contentos.
Suben dos irlandeses y tres madrileños.
 Luego haríamos migas con ellos.
 Nos vamos a la este, a la cepeda, y hacemos dos largos para probar. 
La queremos hacer mañana.
 Vamos a descansar.
 Cena y relax. 
Reseñas y comentarios.
El saco, nos espera amoroso.
 Ha sido un día de grandes emociones.





CEPEDA  350 m. V+

10-10-06                                          

El rito es igual al de ayer, pero hoy sudamos menos en la canal de la celada. El viento, sopla con ganas. La roca está helada. Repetimos los largos como ayer. Los dos primeros. Mis dedos se congelan y se entumecen con el frío. Tenemos once largos por delante.
III+,
IV,
IV,
V,
IV+,
II,
IV+,
IV+,
V+,
IV,
III.
El viento nos vapulea y nos hiela. Cuanto más alto ,más fuerte y racheado. Nos gritamos y no nos oímos. Nos perdemos, destrepamos y retrocedemos. Las fotos y las reseñas nos ayudan. Reuniones a cañón, y reuniones a menos cañón. Roca buenísima, fácil de proteger...
- ¿ y donde meto yo algo para proteger ?
15 metros de tubos de canalizos sin un solo seguro, a 200 m. del suelo.
 Reunión sobre tres friends, y ... ¡ no te caigas , por favor !
Agujero.
Vía de escape.
Pero nos tira más la cresta. Deliberamos, y seguimos.
Por fin, después de 6 horas de subida, estamos de nuevo en la cima. Esta vez ha sido por la este. El viento es... la ostia. Nos vamos por donde ayer. Los madrileños que venían detrás nuestra, se han bajado de la 5ª reunión, por la escapada de los rápeles. Nos esperan abajo. Nos traen las zapatillas. Son buena gente. A uno de ellos, a Dani, le tiré la cuerda encima ayer. Bajamos al refu, recogemos, pagamos y a casita, que es tarde. 
Hacia la 1 de la madrugada en casa. Con los pelos de punta de la emoción. 
He subido una de mis montañas icónicas.
Adiós Picu.
 Gracias por dejarnos subir y bajar.
Volveremos.






¡¡ Ah !!    Tuve que matar a un amigo, imaginario por supuesto, para pillar los días de vacaciones.





PICO OTAL. DIARIO DE LA PANDEMIA


Hoy, no voy a contarlo desde la vivencia. Sin mas, copio y pego. 
Gracias Mi....perdón, me ha dicho que quiere ser anónimo....
Gracias por el relato.










SUEÑO QUE SUEÑO UN MAL SUEÑO

 Bujaruelo parece un valle tallado con navaja por, quién sabe qué dios del Olimpo. El río Ara discurre bravo por sus entrañas, haciendo honor a su nombre, su trazado primigenio sigue abriéndose paso como un gran arado tirado por cien mil mulas. Entre sus ilustres afluentes se encuentra el río Otal, del que toma el nombre la montaña que subiremos hoy o ¿fue al revés? ¿Tomó el río el nombre de la montaña? Es invierno, febrero, falta un mes para el confinamiento, la montaña está blanca en un valle cerrado y oscuro. Decidimos madrugar, hay mucha nieve allá arriba, mejor si la pisamos al alba y no la dejamos rendirse al sol. Es temprano, la oscuridad y el frío absorben las luces de nuestros frontales. El ánimo concentra nuestra ascensión con la primera pendiente, feroz e implacable. Como si fuéramos la Santa Compaña, avanzamos al compás del sonido de nuestros pasos sobre la hojarasca y el contrapunto de la respiración que, como un rezo, bendice cada pisada.



 Ahora, mientras escribo, es primavera, abril, cuento los días y los muertos. Cuarenta y cinco días encerrado, respirando el aire cargado de amenazas y restándole al tiempo los días de asedio. Madrugo y con el primer café desciendo a los infiernos, el cielo espera ahí fuera, se está haciendo largo, un segundo café pone las cosas en su sitio; el centinela que vive conmigo se encarga de poner orden. Es temprano, aprovecho las primeras horas del día para trabajar, me concentro en mis tareas, tengo suerte, las cosas van bien. Pasa la mañana y antes de comer me tomo un descanso para descubrir nuevamente las fotos de la ascensión al Pico Otal.




Dejamos el bosque que descubriremos a la bajada. Apunta el día y el amanecer nos saluda con una sonrisa azul, que hace más bella la montaña blanca que nos espera. El desnivel es severo en toda la ascensión, pero lo necesitamos, nos ayudará en la preparación de futuros proyectos. Como bolas de helado se suceden los repechos. El buen estado de la nieve para caminar con crampones nos permite avanzar por las jorobas con paso firme. Hace media hora que Sergio se ha desviado de nuestra ruta con la intención de otear otro itinerario. Nosotros seguimos a la evidencia del terreno que nos dirige hacia el collado. Pero la evidencia no la dibuja el trazado sino, muchas veces, la experiencia y nuestro compañero acumula esa experiencia del que sabe escuchar a la montaña. Aunque los dos itinerarios convergían en el mismo punto, nuestro recorrido supuso un rodeo y asumir un paso expuesto, mientras tanto, Sergio se dirigía en línea casi recta hacia el collado. Nada grave en este caso ya que estamos preparados para equivocarnos.



 Me olvido de las fotos, he de ir a hacer la compra. Ir a comprar me produce ansiedad. Bajo a la calle pertrechado, como sugieren los que saben, con mascarilla, guantes y armado con mi frasco de gel. Entro en el super, está a sólo cien metros de mi casa. El super se ha convertido en un antro de silencio y mascarillas. Han desaparecido las sonrisas tras las mascarillas, las miradas tampoco sonríen; escrutan estanterías y se enfrentan de soslayo. El tiempo fuera es bueno, aquí dentro siento el frío que produce la incertidumbre de salir victorioso. Regreso a casa. Me quito las zapatillas en la entrada, las desinfecto con lejía, me desnudo, echo la ropa a la lavar y todo lo demás. Mientras me ducho pienso si lo estaremos haciendo bien, como dicen los que saben, porque no estoy preparado para equivocarme.



A mediodía llegamos al collado. Cuatro horas nos ha costado alcanzar el último tramo de nuestra montaña. Ante nosotros se presenta una magnífica pendiente que, a modo de corredor, nos conduce a la arista cimera. Es hora de hacer uso de los piolets. Sergio nos lleva ventaja. Lo vemos a mitad de la pala, su rastro nos facilita la subida y seguimos la escala que ha tallado con sus huellas por el que parece mejor itinerario. Un regalo. Afronto el último repecho y quiero disfrutar de cada crujiente pisada; al tiempo que vigilo mi cuerpo, adivinando en mis latidos la dosis de esfuerzo que necesito cada minuto, reservando el ánimo para que no se agote el entusiasmo que transmiten mis piernas y mi corazón.



 Me siento a ver la televisión después de sucumbir a una excelente comida. Es lo que tiene estar confinado, que mejoras tus dotes de cocinero. Mi atención sólo se detiene en las cifras que me estremecen. Hoy es 29 de abril y la esperanza camina lenta, a la espera de un tren que nunca llega. Se ralentiza la desescalada, vaya palabra, qué mal suena por parecer inapropiada en lo que quiere significar. Sebastián Álvaro lo comentaba en el programa de radio “El transistor” y añadía: “los que hacemos escalada, a bajar escalando, lo llamamos destrepar o descender”. El periodismo seguro que utiliza el término con intención, pero a mí se me escapa. Miro las gráficas de contagiados y muertos, que se me antojan parecidas a los perfiles de las montañas pero con bajadas muy largas, sin la simetría de una ascensión clásica. Ojalá hubiera simetría en las gráficas de la muerte. O no, porque la montaña resultante sería muy alta. No lo sé. Lo que si se, es que comienza a envolverme el sueño.





 Tras una hora larga hacemos cima los cinco: Itziar y Lucía primero, les seguimos Jon, Ander y yo mismo. Sergio lleva un rato esperando y nos recibe con las incondicionales fotos y después, palmadas, abrazos y fotos, todos hacemos fotos. Sin embargo, las mejores fotos son las imágenes que quedarán fijas en la memoria, y que el recuerdo siempre se encargará de mejorar. Observo las miradas de mis compañeros y sus silencios me lo dicen todo. Escucho el silencio de la cima, el lenguaje caóticamente ordenado del horizonte. El tiempo se detiene cuando miramos absortos el Pirineo blanqueado bajo el azul infinito. “Hay tantos tipos de belleza, como maneras de buscar la felicidad” decía Stendhal; la montaña es una de ellas. Con buenas dosis de humildad, la relación estética con la naturaleza, con las montañas, con la primigenia, te hace más libre. Frente a nosotros el Mondarruego se exhibe arrogante y presumido, nos supera en poco más de cien metros, pero nos mira por encima del hombro. No le importa que nadie sepa su nombre porque sabe de la admiración que causa en todo aquel que visita por primera vez Torla.




 La siesta ha sido corta pero intensa, con sueño profundo y reparador. Sueño digo, pero no me acuerdo si he soñado, seguro que sí, siempre que se duerme se sueña. También se sueña despierto, hay hasta quien ve cumplidos sus sueños y también los que quisiéramos que la pandemia fuera un sueño. Dedico la tarde a leer. Termino una novela y digiero la prensa, con algunas noticias amables y otras rozando la distopía. Una vez ordenada la información dejo para el final las noticias y declaraciones infames. Un lapsus ocupa mi cabeza con el recuerdo de mi última salida al Pirineo. Fue en febrero, faltaba un mes para el confinamiento, lo dejo todo y retomo la escritura.




 Toca bajar, destrepar, descender, que no desescalar. Lo hacemos a cuatro patas, como a la subida. Armados con los piolets y dando la espalada al fanfarrón Mondarruego. Tras una parada en el collado, seguimos la marcha. Yo me adelanto, casi siempre hago las bajadas solo, por delante de los demás. La subida me sirve de meditación, la bajada de reflexión. Los retornos nos interrogan sobre cuestiones inesperadas que hacen aligerar el paso. La subida a la montaña me proporciona sosiego en la mente; el pensamiento se apacigua hasta congelarse en unas pocas imágenes, en un discurso abstracto. Sin embargo, en la bajada, las cavilaciones están más relajadas y retoman sus labores, al tiempo que la mirada redescubre el camino. Cada paso que nos acerca al valle pasa de inmediato a formar parte de nuestros recuerdos. Pienso en Sergio, descubro por qué ha decidido subir sólo. Descubro también el tramo de bosque que subimos a oscuras, muy empinado y largo, tan cruel como una larga escalera sin descansillos.



 Dejo el texto, después de cenar continuaré escribiendo, en cinco minutos he de salir a la ventana a aplaudir. Me rompo las manos todos los días aplaudiendo lo que hay que aplaudir. Hoy aplaudo con más fuerza para evitar que se oiga un mensaje que circula por las redes, cargado de mentiras y razones espurias, propone a los ciudadanos no aplaudir y sustituir las palmas por cacerolas. Se perfectamente quienes son y no merecen ni dos líneas.




Al fin nos reencontramos todos en el parking donde hemos dejado las furgonetas. Al lado del camping de Bujaruelo. Con la alegría de haber realizado una excelente actividad, confirmo que todos estamos un poco locos, que el ambiente es y ha sido óptimo, que todo ha salido bien porque estamos preparados para equivocarnos y hemos hecho caso al que sabe. Y es que, el que sabe, con la máxima discreción, en el momento que pisó la nieve hizo la lectura de la ascensión, se anticipó. No cambió de camino por antojo. Su lectura sólo perseguía administrar la seguridad que permitiera que todo terminase bien. Mientras los demás subíamos confiados en nuestras fuerzas y nuestra experiencia, el que sabe y sabe que sabe, asumía la responsabilidad del maestro. Por eso cuando la montaña exige sabiduría siempre intento ir acompañado de los que saben. Suena el despertador, son las seis. Hace frío en la furgoneta y fuera todavía más. Hay que levantarse y preparar el desayuno lo antes posible. Hemos de salir temprano. Sergio duerme a mi lado, se incorpora y me pregunta qué tal he dormido, le digo que mal, he debido tener un mal sueño, pero no hay nada que un buen café no pueda solucionar.



MONCAYO. NUEVA VÍA. HASTA MÁS ARRIBA DEL CIELO. V+/6A ESTANTERÍA DEL RECUERDO 2007



El 28 de abril de 2007, con muchas ganas, pero con muy mal tiempo (frío, después lluvia y acabó en nieve ) Javier Ibañez y yo, salimos al Moncayo con ganas de abrir una vía de escalada, un trazado original nunca recorrido hasta entonces y sin equipar a modo de arista por la zona rocosa de la derecha del circo de San Miguél, buscando un escalerón que nos llevara a la cumbre.




Así se expresaba Jabitxu en su blogg, en esa fecha. Recuerdo aquella llamada.
- Estoy intentando documentar un librito... Alpinismo en Minúsculas.... en Moncayo... Hay que abrir alguna vía... Ya he pedido permiso...
- ¡¡¡ Abrir vía !!!!  Pues es uno de mis sueños, pero hasta el momento no  había encontrado donde.... Si, si... por supuesto, cuenta conmigo...




Nos colocamos debajo de una gran fisura que veíamos en las fotos, un techo de entrada nos interrumpe el paso y nos cuesta decidir por donde entramos, uno y otro lo probamos y al final sacamos los estribos para colocar un clavo que nos asegure un paso de V+/6a. ( Lloviendo y con botas de trekking es difícil graduarlo ).



Yo miraba desde abajo, y el techo me llamaba... me atraía...pero mi nivel de escalada, estaba muy por debajo, o por lo menos me lo parecía.
Lo intentamos no se cuantas veces en libre, pero nos rechazaba, nos tiraba al suelo. Fuimos capaces de protegerlo , pero no nos podíamos subir encima. 
Roca lisa musgosa muy inclinada. Había que montarse encima para progresar. Nuestro artificial, 
también era precario.
Solamente las ganas de abrir vía, de hacer una primera, nos daban alas.






Consigo montarme, después de haber colocado un pitón, en una fisura, que queda a cañón, y va a ser el " clavo clave" . A partir de aquí, la lluvia arrecia, se convierte en aguanieve, y esta en pequeños copos de nieve. Pero ¡¡ que más da !! , el camino está abierto hacia arriba.



Javier Ibañez sigue por el primer largo, la roca es la típica del Moncayo, y la mayor dificultad está en calcular cual es la fuerza justa para no desparramar las lajas de piedras superpuestas aparentemente sólidas y evitar caerse, romper la roca donde se van sujetando los friends y además no aplastar al compañero. Líquenes, musgo de 2 y 3 cm de espesor, lluvia, frío, condiciones ideales. Salvo la entrada los pasos de este primer largo de unos 20 m. no superarán el IV




Estoy que me orgasmo. Entre la lluvia, la roca resbaladiza, el nuevo itinerario por el que me voy subiendo, me siento como nunca antes. Con cuidado protejo, con cuidado progreso. No es difícil, patina que jode, pero estoy viviendo un sueño, otra vez, un sueño que se va haciendo realidad.
A pesar de la chorrada de vía que nos estamos currando.




Segundo largo me toca, la fisura resulta ser una cueva, por lo que me voy por el muro más a la izquierda, la escalada intermedia se convierte en más estética y vertical y la roca mejora. La salida penosa, nieva, la roca descompuesta hace un poco de extraplomo, lanzo un misil de más de 20 kg hacia abajo que choca contra las cuerdas y pasa a la izquierda de mi compañero. Yo no le pregunto que tal, el me pregunta a mi por que estoy un poco tenso. Consigo salir. Otros 20 m. de IV+ ó V.









Un pedrolo enorme ha caído a mi lado. Lo he visto salir del asiento que lo mantenía. Lo he visto volar en mi dirección. Ha caído sobre las cuerdas, pero el musgo de debajo, ha conseguido que salgan indemnes. No he tenido tiempo ni de asustarme. Jabitxu sigue disfrutando hacia arriba. Se acaba la vía. Y me voy detrás de el. Estamos empapados, pero en la cara no cabe ni un pequeño rictus de desaliento, de incomodez. Solamente satisfacción por la primera vía abierta por nosotros. 



Bajamos helados, pensamos en continuar este escalerón encadenando el siguiente resalte rocoso más a la izquierda ( con más calorcito ). A esta vía le llamamos HASTA MÁS ARRIBA DEL CIELO...Que es lo que me dice mi hija Oihane cuando le pregunto hasta donde me quiere. Y también que sea un homenaje a nuestro compañero Carlos del Grupo de Montaña Saioa de Corella que ya no nos podrá volver a acompañar a esta montaña que tantas veces ascendió y que seguramente hace más de 15 años sería de los primeros que la descendía con los esquíes.




Actualmente la vía está totalmente equipada con parabolts ( por el CEM ), al 90 % de la original.


La leyenda dice que alguien intentó adjudicarse la apertura, y no sabía que el " clavo clave" estaba allí. Por eso fue el clavo clave,primero por abrirnos la puerta hacia arriba, y segundo por que allí escondido en su fisura, defendió lo que era nuestro, y quién intentó, tuvo que agachar las orejas, y reconocer.












ARISTA DE VIGNEMALE ESTANTERÍA DEL RECUERDO 2005



11/06/2005


8.17 h.    Refugio de Baisellance.

Dos horas andando desde la presa nos ha costado llegar hasta aquí. Hemos dormido en la " fula ", como dice Luis, con el nuevo invento, y de puta madre.
La vista es impresionante desde aquí, y el día promete. Jalamos un poco, tiritas, crema, y por la cresta para arriba.


17.58 h.     Cueva de guides de las cuevas Rusell.

Hace un frío importante. Estamos metidos en la cueva, tapados con el saco de plumas, y jalando algo. Ya hemos descansado.Cesar y Garaxi, dos guiputxis muy majetes, nos han ayudado a quitar nieve de la cueva. Ellos están en la de al lado, y en la otra, que está más arriba, unos gabatxos.
La cresta, que decir de la cresta. Aérea, cañera, bonita, disfrutona...
El paso del Petit, ha salido sin contratiempos, por que teníamos otra cordada por delante, y nos ha marcado un poco el camino. Han ido cayendo, el Petit, el Clot, el Pitón, la punta Chausenque, el Pic Long, la Espalda, y no se si hemos hecho más, por que nos hemos dejado los mapas abajo. Al Pic Long ( Vignemale ), ha habido una auténtica romería. Mañana haremos  Cerbillona, y el Monferrat, y nos bajaremos al coche, que luis tiene que quedar con los del pueblo para la vuelta.











12/06/2005


Ayer descansando de la soba, entró mal tiempo. Entró un tormentón de cagarse. Estuvo lloviendo, y nevando, con copos gordos. Sacamos la chatarra fuera de la cueva, por los rayos y eso. Entonces aparecieron otros dos, echando pecaos, que venían del corredor de a Moscowa, y como no teníamos sitio, se metieron en las otras dos cuevas.
Cayeron en poco más de media hora, 20 cm. de nieve.
 Nosotros nos metimos al saco, y dormitando pasamos la tarde, y a las 5.30 de la madrugada, arriba, y a las 6,15, ya estábamos en la cima del Cerbillona. Seguimos hasta el Monferrat, y para las diez, estábamos en el coche.








ORDESA. TOZAL DEL MALLO. RAVIER 6A 340m. ESTANTERÍA DEL RECUERDO 2007


24/06/2007


El viernes 22, pronto, a las 17.30 , voy a por Jabitxu, y rumbo a Ordesa. Queremos hacer la Ravier, al Tozal del Mallo. Un viajecito normal hasta la pradera, y como allí no tenemos comunicación telefónica, bajamos hasta Broto a llamar.   Allí nos hacemos la cena, y dormimos en un porche. 
A las 5 arriba, y desayuno. Coche a la pradera, desandamos como un kilómetro, y a patear sendero.




Como en una hora, dejamos las mochilas en un vivac, y hacia la pared. 
Llegamos, y conforme llegamos, Jabitxu arranca a andar y a trepar. Un largo de IV, que hacemos en ensamble.
Hacemos reunión, y tiro otro largo de IV+, paso una reunión opcional, y otros dos largos. 
Largo de V- para Jabi, por un diedro tumbado. 
El siguiente  es la chimenea de V+ penoso. Casi no quepo.






Después la estrella para Jabitxu, V+/6a, hasta un gendarme. El monta la reunión debajo del gendarme, pero está unos metros más arriba.
 Hago otro largo de V, y despues Jabi otro largo más de V. 
Ahora hay que hacer una travesía para meterse en la chimenea final, que son tres largos.
 Jabi hace el 1º, pero no llega a la reunión de lo que rozan las cuerdas, y se queda un poco más abajo.
 Encadeno yo esa reunión, y sigue Jabi el que sería mi largo. 
Después queda el último largo de V con otra chimenea que desploma un poco.
Salimos por arriba, después de 8h. y 45 minutos de escalada. 
Contentos. 
Felices. 
Un muy buen día.
 Buen tiempo, a veces frío. 
Nos echamos pecaos, por que no nos oíamos, se nos rizaban las cuerdas, rozamientos... etc.
Bajada por Carriata, por las clavijas.
Al coche, un bocata, escribir en el libro de piadas del bar el último Bucardo, y pa casa a las 10,30 h de la noche.














ASTAZOUS, SWAN Y NORTE DEL PERDIDO. ESTANTERÍA DEL RECUERDO 2006



                              


15/04/2006

Bueno, el miércoles a las 16.30, están debajo de casa, Txetxu, y Pablo, con el cartucho. ( el coche )
Nos montamos y nos vamos. Es semanasanta. Camino a los gavarnises. ( Gavarnie )
 Hacia las 21 h . llegamos, nos echamos las mochilas a la espalda, y de camino a la cabaña de Pailla.
Al llegar, tres franceses, Tachí, Francesco y Cristobal, se están poniendo hasta el culo de ron, y mariabuena.
Pablo le da un tiento al ron, pero queremos sobar.
Mañana vamos a madrugar.
Pero hasta casi las dos, los franceses con sus risas, no nos dejan dormir.
 Después, a las 5.30 que suena el despertador, somos nosotros los que no les dejamos dormir.
Desayunamos, y en marcha hacia el Swan. Una cordada nos adelanta poco antes de llegar al cono de entrada. Prácticamente no les vemos. Montamos reunión antes de una cascada de hielo con dos clavos. Salgo para arriba con un hielo un poco podrido, pero sólido. Pongo un tornillo en medio de la cascada, y sigo hasta la cueva. 








Monto una reunión con un clavo y un fisurero. Vienen Pablo y Txetxu. Recojo material y continúo, también por hielo, y mixto. Pongo un ancla en una zona de nieve, y sigo hasta dos clavos que encuentro, y los refuerzo con otro.Vienen de nuevo los dos colegas, y tiramos en ensamble. Veo algún cordino, y lo chapo también. Seguimos todo el corredor en ensamble, todo por nieve, sin meter nada, arrastrando la cuerda, que me da en los guebos, cuando se para cualquiera de los dos, y poco a poco, hasta el collado de Swan. ¡¡ Felicidades !! Hemos hecho el corredor Swan. 
Fácil.
Llegan unos de Pamplona, que me sonaban, y es que vamos al mismo rocódromo. Casualidades.
Hacemos los dos Astazous, y nos bajamos hasta el balcón, para vivaquear.






A Txetxu le duele la cabeza.
Fundimos nieve, hacemos papeo, revisamos la ruta hacia el perdido, y hacia las ocho, a sobar.
Un plástico al suelo, las esterillas encima, y al saco. Txetxu se pone además la funda de vivac, por lo del frío. No hay rehielo, pero se queja que ha tiritado un poco.
Se pone malo de vomitar, por las jaquecas, y dice que no sigue. Que el recoge el material que no necesitamos, y que se va a Tucarroya.
Pablo y yo nos vamos hacia la norte.
Pasamos la primera banda rocosa por una canal estrecha y corta, con un paso de hielo, y salimos a la campa intermedia. La cruzamos buscando los seracs de la siguiente barrera. Abrimos una trinchera en la nieve, que está muy blanda. Atacamos la segunda barrera de seracs, y pasamos sin problemas, y nos vamos al corredor de salida de la clásica, donde nos empleamos unos cuantos metros con el hielo. De ahí a la cresta y a la cima.




                           En línea de puntos, la norte clásica. en línea continua, " nuestra norte "







El descenso por la escupidera, hasta el lago, y por el collado del cilindro, hasta abajo. Es el primer perdido de Pablo, y no le ha parecido difícil. Hemos subido sin sacar la cuerda, y no hemos sentido peligro. Txetxu nos espera en Tucarroya, y tiene preparada agua.
Está mejor, pero me jode mogollón que no haya podido venir, por que sé que le apetecía muchísimo..
Ocho horas de actividad el primer día, y once el segundo.
Estoy molido pero contento. No ha salido todo como yo quería, pero me gusta salir con estos dos. Una pena lo de la cabeza, y la mala ostia que ha hecho Pablo, por lo que le pesaba la mochila.
Estupenda salida, para repetir cualquier día.